Preguntas frecuentes (FAQs)

 
 

SEGUNDA PARTE: ¿Qué son las endorfinas? *¿Qué es la dependencia psíquica? * ¿Todos los usuarios de drogas llegan a desarrollar dependencia física y/o psíquica? * ¿Cuál es la diferencia entre hábito, dependencia y adicción? * ¿Cómo se puede adulterar una droga? * ¿Cómo se clasifican las drogas a nivel científico? * ¿Cómo se clasifican las drogas a nivel legal? * ¿Qué es enteógeno? * ¿Qué es visionario? * ¿Qué es un chamán? * ¿Qué son los chamanismos ? * ¿Qué es chauvinismo farmacológico? *
Fuentes de consulta

 
 

¿Qué son las endorfinas y cuál es su relación con la dependencia y el síndrome de abstinencia?

Investigaciones recientes han lanzado nueva luz sobre la naturaleza bioquímica de la dependencia. En el interesante libro del Dr. Charles F. Levinthal, Mensajeros al paraíso (5) se narra la historia del descubrimiento prácticamente simultáneo de los llamados receptores opiáceos. En 1973 tres laboratorios en Nueva York, Baltimore y Uppsala. informaron de manera simultánea e independiente acerca del asombroso descubrimiento de los receptores opiáceos específicos en el cerebro humano. Se les llama opiáceos a los derivados del opio como heroína, morfina y codeína.

La existencia de receptores específicos para estos químicos, sugirió que el cuerpo humano debería producir sus propios opiáceos internos, ya que era difícil pensar que los receptores de dichas substancias estuviesen allí sólo para actuar en combinación con los opiáceos provenientes del exterior del organismo. Dos años después un par de investigadores ingleses encontraron algunos de esos opiáceos internos aislándolos en cerebros de cerdos. Los primeros opiáceos internos fueron cadenas de péptidos que recibieron el nombre de encefalinas, del término griego para designar al cerebro. Posteriormente se encontraron cadenas más grandes de péptidos que resultaron ser 40 veces más poderosas que la encefalina y 100 veces más que la morfina. A éstas y otras sustancias similares que fueron descubiertas posteriormente se les llamó endorfinas, queriendo dar a entender que eran morfina internas.

Las endorfinas son neurotransmisores químicos que cruzan el espacio llamado sinápsis entre las células cerebrales para estimular los receptores de las células vecinas. La ubicación de los receptores opiáceos sugiere la manera en que los opiáceos, ya sea internos o externos, ejercen su efecto. Básicamente se les encuentra en el cuerpo calloso del cerebro que es el núcleo de la mayor parte de las emociones fuertes como miedo, ira, amor y depresión; y en el tálamo medio que transmite al cerebro los impulsos de dolor que se generan en el cuerpo. Debido a ello los opiáceos pueden interferir con las señales de dolor corporal y también pueden tener efectos sobre las emociones fuertes.

Se cree que cada receptor es específico para un tipo de substancia; esto es, que sólo responde ante cierto tipo de agentes químicos. Los receptores de endorfinas responden no sólo ante ellas, sino ante todos los derivados naturales y sintéticos del opio. A éstos últimos se les conoce como opioides y se usan bastante en la medicina contemporánea, como es el caso del fentanil y la metadona.

El número de tipos de receptores en el cerebro virtualmente puede ser ilimitado. A la fecha se han descubierto receptores específicos para otras substancias externas además de los opiáceos y los opioides, como es el caso del diazepam (Valium®).

La teoría actual para explicar la dependencia física a los opiáceos sostiene que las endorfinas pueden actuar de la misma forma que las hormonas. Cuando el cuerpo detecta altas concentraciones de alguna hormona, la glándula pituitaria encargada de producir las substancias que provocan la liberación de hormonas, suspende la producción. De la misma manera, cuando las concentraciones detectadas son bajas, esta glándula eleva sus funciones.

De acuerdo con esta teoría, cuando una endorfina artificial, como la heroína por ejemplo, comienza a instalarse en los receptores de los opiáceos internos, provoca una especie de engaño cerebral y el cuerpo se va con la finta. El sitio donde se producen las endorfinas recibe un mensaje destinado a detener la producción. Cuando ésta se suspende y al mismo tiempo se retira la heroína, el sistema enfrenta una carencia repentina del neurotransmisor químico. Los centros de producción de endorfina no pueden activarse con la rapidez suficiente para enfrentar el déficit y entonces aparece lo que se conoce como síndrome de abstinencia. Sólo a través de un nuevo envío de heroína se puede obtener un alivio rápido. En esta teoría está implícita la posibilidad de que el uso reiterado de heroína, provoque a largo plazo un desequilibrio crónico en la producción natural de endorfinas, lo cual podría explicar el ansia de un consumidor consuetudinario cuando se le retira la droga.

El descubrimiento de las endorfinas junto con sus receptores ha sugerido también otras hipótesis bastante interesantes. La primera propone que la tendencia hacia el uso reiterado de cualquier opiáceo puede reflejar una deficiencia cerebral de endorfinas. Quizá sea posible que "la personalidad con tendencia a la adicción", como la llaman los psiquiatras, sea producto de un déficit en la producción natural de estos neurotransmisores. Esta hipótesis pueden confirmarla bastantes "primerizos" a quienes la iniciación con algún opiáceo les ha resultado desagradable, mientras que a cualquier persona que padezca un dolor crónico, de inmediato le resulta un alivio. Avram Golstein ha trazado una analogía con  un diabético incapaz de decir que exista una necesidad física de insulina:

Si la insulina estuviese disponible (tal vez en un mercado ilícito), la gente normal la hallaría muy desagradable, pues causaría hipoglucemia, debilidad, mareos, etc. Pero los diabéticos descubrirían, con su primera "dosis", que se sienten normales por primera vez en sus vidas, y ciertamente llegarían a cualquier extremo para conseguir insulina de allí en adelante... La morfina experimentalmente administrada es desagradable para muchos sujetos normales, por contraste con los efectos euforigénicos en los adictos. (5)

Otra teoría parte de una inquietante pregunta: si las endorfinas nos libran del dolor y nos proporcionan placer ¿por qué entonces no nos volvemos adictos a nosotros mismos? La respuesta tentativa es que las cantidades en que normalmente actúan las endorfinas humanas están "a distancia sideral" de las cantidades de morfina o heroína que llegan al cerebro desde afuera; de tal manera que cuando el cerebro detiene su producción de endorfinas, se acostumbra a la presencia de los excedentes y comienza a depender cada vez más de la fuente externa. Al ir en aumento esa dependencia, se crea un círculo vicioso: puesto que la producción interna se ha cortado, dejar de abastecerse resulta inaceptable para el cerebro. Presumiblemente es por eso que, durante los periodos de abstinencia, el adicto puede llegar a sufrir verdaderos tormentos debido a las sensaciones físicas y psicológicas.

 

¿Qué es la dependencia psíquica?

Significa que un individuo  ya no puede sentirse confortable o relajado sin el consumo de una droga. Este mecanismo tiene poco o nada que ver con el cuerpo, pero mucho con los sentimientos de temor, dolor, vergüenza, culpa, soledad, ansiedad, etc. En estos casos la droga se usa para olvidar los problemas que deberían ser resueltos.

En virtud de ciertos antecedentes (abandono, abuso sexual, soledad) algunas personas están más predispuestas que otras a adquirir una dependencia mental hacia el uso de ciertas drogas. (Ver más al respecto en el apartado de Adicción)

 

¿Todos los usuarios de drogas llegan a desarrollar dependencia física y/o psíquica?

Definitivamente no. Hay un gran porcentaje de personas capaces de auto regularse y tener un consumo moderado de drogas psicoactivas. También hay muchas personas que las prueban una sola vez o en algunas pocas ocasiones y no vuelven a consumirlas nunca más. Esto se muestra claramente en las estadísticas de consumo, pues no todos los que responden afirmativamente a la pregunta de si han probado substancias psicoactivas alguna vez en su vida, responden lo mismo cuando se les pregunta si lo han seguido haciendo o si lo han hecho en el último mes. Los porcentajes son muy altos para el primer caso en relación a los que han seguido con el consumo.

 

¿Cuál es la diferencia entre hábito, dependencia y adicción?

La Convención de Ginebra de 1925  dio origen al Comité Permanente, que posteriormente se transformó en Comité de Expertos en Drogas que Producen Toxicomanía (según la traducción oficial de Naciones Unidas el término equivalente en castellano para la palabra addiction es toxicomanía). Una de sus tareas era definir addiction, cosa que para la Convención de Ginebra de 1931, todavía no lograba hacer satisfactoriamente. Ante las diversas presiones, varios años después se optó por hacer uso de una referencia expuesta en un pronunciamiento de la Organización Mundial de la Salud. Con ella el Comité de Expertos distinguía las drogas productoras de hábito de las drogas productoras de dependencia. La adicción se definió entonces como:

Estado de intoxicación crónica y periódica originada por el consumo repetido de una droga, natural o sintética, caracterizada por:

Una compulsión a continuar consumiendo por cualquier medio.

Una tendencia al aumento de la dosis.

Una dependencia psíquica y generalmente física de los efectos.

Consecuencias perjudiciales para el individuo y la sociedad. (6)

Por contraposición, el simple hábito era "un estado debido al consumo repetido de una droga, un "deseo" y no una compulsión, con "poca o ninguna tendencia al aumento de la dosis y cierta dependencia psíquica, pero sin dependencia física", cuyos efectos en "caso de ser perjudiciales se refieren sobre todo al individuo".

Ninguna de las definiciones fue aceptada por la comunidad de toxicólogos ya que ambas carecían de requisitos lógicos y elementos cuantificables. Las distinciones entre deseo y compulsión, tendencia y poca tendencia, intoxicación crónica y estado debido al consumo repetido, resultaban a todas luces "retóricas y no científicas". Aunque el Comité no ha sido capaz de justificar, ya no digamos fundamentar en términos científicos, las recomendaciones y decisiones de la máxima autoridad internacional, no por ello las substancias prohibidas han dejado de estarlo y se sigue dando por sentado que todo el mundo se refiere a lo mismo cuando utiliza las palabras adicción y adicto. (Consultar otras definiciones y conceptos al respecto en el apartado dedicado a la Adicción)

En la actualidad, la definición más comúnmente aceptada es la de la American Psychiatric Asociation ofrecida por primera vez en 1994, que ya no utiliza el término de adicción sino el de dependencia.

Dependencia a una sustancia: Patrón mal adaptado de abuso de una sustancia que produce trastornos o dificultades físicas importantes desde un punto de vista clínico, siempre que se manifiesten tres (o más) de los factores abajo expuestos en cualquier momento, dentro de un periodo de 12 meses:

1. Tolerancia, definida en cualquiera de los siguientes términos:

a) Necesidad de consumir una cantidad notablemente superior de la sustancia a fin de conseguir la intoxicación o el efecto deseado.

b) Efecto marcadamente menor con el uso continuo de la misma cantidad de una sustancia.

c) Consumo de una sustancia (o en su defectoo, otra de la misma clase) a fin de evitar los síntomas de abstinencia.

2. Abstinencia, definida en cualquiera de los siguientes términos:

a) Síndrome de abstinencia característico de la sustancia.

b) Consumo de una sustancia (o en su defecto, otra de la misma clase), a fin de evitar los síntomas de abstinencia.

3. Consumo de una sustancia a menudo en grandes cantidades o durante periodos de tiempo más largos de los pretendidos inicialmente.

4. Existencia de un deseo persistente o de esfuerzos inútiles por reducir o controlar el uso de la sustancia.

5. Empleo exacerbado del tiempo en actividades relacionadas con la obtención de la sustancia (p.e.acudir a muchos médicos o conducir largas distancias), su consumo (p.e. fumar encadenadamente) o la recuperación de sus efectos.

6. Abandono o reducción de actividades importantes de carácter social, ocupacional o recreativa derivadas del uso de la sustancia.

7. Consumo continuado de la sustancia a pesar de conocer la existencia de un problema persistente o recurrente, ya sea de índole física o psicológica, que con toda probabilidad ha sido motivado o exacervado por la sustancia (p.e. el consumo habitual de cocaína, independientemente de saber que produce depresiones, o el consumo continuado de bebidas alcohólicas a pesar de saber que ello empeora una úlcera).

Se diagnosticará abuso de una sustancia con dependencia fisiológica si hay pruebas que demuestran la existencia de tolerancia o abstinencia.

Se diagnosticará abuso de una sustancia sin dependencia fisiológica si no hay pruebas de la existencia de tolerancia o de abstinencia.

 

¿Cómo se puede adulterar una droga?

A raíz de la prohibición, la avaricia de los narcotraficantes imposibilita cada día más la obtención de sustancias puras, ¿por qué ganar menos vendiendo un buen producto cuando se puede ganar más adulterándolo sin peligro de ser sancionado por las instituciones de salud? En el mundo de la venta y la reventa de fármacos prohibidos, presidido por el lucro, el engaño y la traición, el consumo puede pagarse con la muerte.

Las drogas pueden adulterarse con un sinfín de elementos que van desde sustancias inocuas hasta neurotoxinas que provocan daños físicos irreversibles o compuestos químicos insolubles que ocasionan la muerte de quienes las usan por vía intravenosa. Es pues verdaderamente necesario estar alerta sobre el origen y la pureza de las drogas ilegales cuando se pretende consumirlas. Existen diversos medios, algunos empíricos y otras químicos, para constatar la pureza de una droga (ver el apartado de "formas de adulteración" en las páginas de los diferentes psicoactivos).

En algunos países es posible adquirir un reactivo llamado Marquis, consistente en ácido sulfúrico y formaldhehido. Las instrucciones de este producto explican que, después de verter el contenido de la botella en una pequeña cantidad de la droga a analizar, el reactivo se vuelve violeta con los opiáceos y amarillo/naranja/marrón con las amfetaminas y drogas similares. La ausencia de color indica que ninguna de ellas está presente.

 

¿Cómo se clasifican las drogas a nivel científico?

A pesar de la enorme variedad en los efectos de las distintas drogas, tanto a nivel médico como a nivel empírico se acepta que existen tres clasificaciones principales:

-Psicolépitcos (depresores o drogas de paz): comprenden las sustancias que determinan relajación y depresión de la actividad mental e incluyen los hipnóticos, sedantes o ansiolíticos, los neurolépticos o antipsicóticos, los solventes industriales y el alcohol, así como los derivados naturales y sintéticos del opio.

-Psicoanalépitcos (estimulantes o drogas de energía): éstos aumentan la actividad mental y nerviosa como el tabaco, las amfetaminas, metamfetaminas y los derivados amfetamínicos; la coca, la cocaína y el crack; y los antidepresivos.

-Psicodislépticos (enteógenos, psiquedélicos, visionarios o drogas de excursión psíquica): sustancias químicas capaces de producir fenómenos mentales no ordinarios, como alteraciones de la sensopercepción, del humor y de la conciencia; como en el caso de la ayahuasca, el peyote, los hongos psicoactivos, el cornezuelo y sus respectivos alcaloides (harmalina, DMT, mezcalina, psilocina, psilocibina, LSD); y los alucinógenos propiamente dichos que son el del grupo de solanáceas psicoactivas a las que pertenece la belladona, el beleño, la mandrágora, el toloache y el floripondio.

A estas tres clasificaciones principales se suman la de entactógenos, drogas de síntesis o drogas de diseño como la MDA, MDMA o Éxtasis; la de anestésicos tradicionales como el óxido nitroso, éter y cloroformo, y anestésicos disociativos para la ketamina y la fenciclidina.

Por último encontramos al inclasificable cáñamo consumido en forma de marihuana y hachís

 

¿Cómo se clasifican las drogas a nivel legal?

Los fármacos sujetos a control internacional por la Organización Mundial de la Salud (OMS) se encuentran divididos en cuatro Listas (4):

En la Lista I figuran aquellas sustancias que están totalmente prohibidas, excepto para fines científicos y médicos muy limitados. Aquí se encuentran las llamadas drogas duras (opio, morfina, cocaína, heroína), junto a las llamadas drogas de diseño (MDA, XTC) y las sustancias más inocuas para el organismo como los visionarios (mezcalina, LSD, psilocina, psilocibina, DMT). Todas ellas sólo pueden ser manejadas por personas debidamente autorizadas en centros médicos o científicos bajo la fiscalización directa de los gobiernos y con su aprobación expresa. Las disposiciones de esta lista, que son muy estrictas, someten cualquier otra actividad, como la fabricación, el comercio, la distribución o la posesión, a permiso especial y autorización previa, siempre bajo la estrecha supervisión del gobierno. La exportación o importación de estas sustancias está prohibida, excepto mediante procedimientos muy específicos en los que exportador e importador han de estar autorizados por las autoridades competentes.

Por su parte, las Listas II, III y IV del Convenio Internacional comprenden todas las drogas que se venden bajo receta médica como los barbitúricos, ansiolíticos, amfetaminas, estimulantes sintéticos, etc. Estas listas disponen que cada una de las partes ha de aplicar medidas específicas de fiscalización establecidas por el Convenio, así como otras medidas que se consideren adecuadas para limitar a fines médicos o científicos, la fabricación, la exportación, la importación, la distribución, el almacenamiento, el comercio, el uso y la posesión. Las sustancias enumeradas en estas listas pueden exportarse o importarse, fabricarse o distribuirse únicamente mediante permisos otorgados por los gobiernos u organizaciones de fiscalización similares. Por supuesto, para que la población pueda aprovechar los efectos terapéuticos de esas sustancias, los médicos pueden expedir recetas, con sujeción a las prácticas y normas médicas adecuadas, en particular en cuanto al número de veces que se pueden despachar, la duración de su validez, el etiquetado correcto y las advertencias necesarias.

(Consulta las listas completas en Legislación en materia de drogas)  

 

¿Qué es enteógeno?

Es un neologismo acuñado en el año 1979 por un equipo de investigadores formado por Robert Gordon Wasson, Jonathan Ott, Albert Hofmann y . Ruck. Proviene de la raíz griega theos (dios), el prefijo en (dentro) y el sufijo gen (que despierta o genera)., y que por tanto viene a significar: "el que genera dios en mí".

Desde un punto de vista etnológico, es un concepto adecuado para referirse a las sustancias de origen vegetal que el ser humano ha consumido a lo largo de toda la historia, tales como los hongos Claviceps purpurea (precursor de la LSD), la Amanita muscaria o las diferentes variedades de cuyos principios activos son la psilocina y psilocibina; los cactus como el peyote o el sanpedro que contienen mezcalina; la bebida ceremonial llamada ayahuasca preparada con dos tipos de plantas que contienen alcaloides de la harmala y DMT, etc. En opinión del antropólogo e investigador Josep María Fericgla:

Es preferible el término enteógenos a cualqueir otro de los propuestos hasta ahora (psicodélicos, psicotomiméticos, psiquedélicos, psicodislépticos, alucinógenos, etc.) Durante toda la historia de la humanidad se han consumido enteógenos con una actitud de profundo respeto y con la finalidad de autoinducirse estados de éxtasis que permitieran al ser humano el contacto con aquello que de profundo, trascendente y misterioso tenemos. Es decir, lo que se condensa en la categoría arquetípica de "divinidad". En medios científicos especializados de todo el mundo es un neologismo cada día más aceptado y usado, a pesar de la discusión general de conceptos de "divinidad"... se trata de una categoría etnológica más que teológica... Incluso de habla ya de "enteología" (el estudio de los enteógenos) y de "enteobotánica" (estudio de las plantas con efectos enteógenos). (9)

(Ver más al respecto en Plantas y alcaloides visionarios)

 

¿Qué es visionario?

Es otro término que se utiliza para denominar a los enteógenos. Investigadores tan reputados como los Shulguin o Antonio Escohotado, señalan que las experiencias místicas o extáticas sólo son un potencial y no una garantía del uso de este grupo de psicoactivos. Adicionalmente Escohotado encuentra que el término entéogeno "es más ideológico que objetivo y recuerda excesivamente el ámbito de lo religioso"; dado lo cual se inclina por la palabra visionario, que le parece suficientemente secularizada o laica. Según explica: "la visión es una visión privilegiada del acontecer... cuando alguien dice que ha tenido una visión se refiere a que sintió o percibió lo que esa persona intuía que se podía percibir o sentir sobre cierto asunto, dejándose de lado todo subjetivismo". (10)

Dejar de lado todo subjetivismo parece imposible, pero dentro de las gradaciones entre lo más subjetivo y lo menos subjetivo, quizá visionario sea menos subjetivo que enteógeno y sobre todo más genérico, ya que incluye las experiencias del conjunto de personas que no llegan a experimentar estados que puedan calificarse como místicos o espirituales dados los parámetros convencionales.

(Ver más al respecto en Plantas y alcaloides visionarios)

 

¿Qué es un chamán?

La palabra chamán  proviene de un vocablo de origen siberiano shaman que identifica hombre-dios-medicina. Mircea Eleade, investigador rumano que realizó la primera recopilación sobre el chamanismo y cuyos libros son textos clásicos obligados para su estudio, define al chamanismo como la técnica del éxtasis o trance, y al chamán como el gran especialista del alma humana que tiene la capacidad de realizar viajes hacia la región de los espíritus y desde allí puede armonizar la realidad.

(Ver más al respecto en el apartado de Chamanismo)

 

¿Qué son los chamanismos?

De acuerdo al antropólogo e investigador Josep María Fericgla, autor de Los chamanismos a revisión, no se puede hablar de chamanismo como un fenómeno único y coherente, sino de chamanismos, ya que estrictamente no existe un solo tipo de chamán sino diversos. Él los divide básicamente en dos fenómenos con sus respectivas subdivisiones, el chamanismo clásico y el chamanismo de consumo. De este último dice que llena las carencias y aspiraciones de los Occidentales ávidos de escapes y dispuestos a pagar por una experiencia exótica, "pues se ha convertido en un simple producto más para ser vendido en el mercado de creencias y espectáculos en que hemos convertido la Tierra". Para él, "la existencia de un chamán exige ineludiblemente un contexto cultural chamánico. Por contraposición, asegura que "hay que entender el chamanismo clásico como un campo específico en el que se dan profundas experiencias estructurantes, que tanto afectan el mundo individual como el social". (9)

Desde su punto de vista las prácticas chamánicas clásicas habitualmente actúan como fuente de revelación interior que ofrece alguna respuesta a las grandes incognitas humanas de tipo ¿para qué existimos?, ¿cuál es el sentido del dolor y el sufrimiento?, ¿hacia dónde me dirijo?, ¿qué hay antes y después de esta forma de vida que nos es dado experimentar? ¿qué soy? ¿quién soy? Dice que estas respuestas, en el contexto del chamanismo clásico, se obtienen por medio de "los estados disociados de la mente", estados generalmente inducidos por el consumo de drogas enteogéas y/o por trances rítmicos o de otro origen, como las alteraciones en el ritmo respiratorio: "Con ello, pues, el chamanismo se convierte en el primer sistema histórico organizado para buscar el equilibrio psíquico y físico del ser humano." (9)

(Ver más al respecto en el apartado de Chamanismo)

 

¿Qué es chauvinismo farmacológico?

Jonathan Ott, el famoso farmacólogo autor de libros clásicos dentro del ámbito de las sustancias psicoactivas como el Pharmacoteon, ha acuñado el término de "chauvinismo farmacológico" para referrirse a los "prejuicios en cuanto a fármacos", esto es, "alabar el fármaco de preferencia de uno, en perjuicio de los fármacos de predilección ajena, que frecuentemente vienen a ser estigmatizados". (8)

 

FUENTES DE CONSULTA ACERCA DE QUÉ SON Y CÓMO ACTÚAN LAS DROGAS PSICOACTIVAS

 

1. Brailowsky, Simón: Las sustancias de los sueños: Neuropsicofarmacología, FCE-CONACYT, México, 1995.

2. Capdevila, Marc: MDMA o el éxtasis químico, Los libros de la liebre de marzo, España, 1995.

3. Diccionario de especialidades farmacéuticas, Edición 40, PLM, México, 1994.

4. Las Naciones Unidas y la Fiscalización del uso indebido de drogas, ONU, Nueva York, 1990.

5. Levintal, Charles F. : Mensajeros al paraíso, Gedisa, España, 1989.

6. Serie de Informes Técnicos, ONU, números 116 y 117, 1957.
7. Zinder, Solomon H.: "Los receptores de los opiáceos y substancias opiáceas endógenas, Revista Investigación y Ciencia, (edición en español de Scientific American), Mayo 1977, Barcelona, España.

8. Piñeiro, Juanjo: Psiconautas, exploradores de la conciencia, La liebre de marzo, Barcelona, 2000.

9. Fericgla, Josep María: Los chamanismos a revisión, Kairós, Barcelona, 2000.

10. Aguirre Martínez, Carlos y Cristóbal Cabo Quintas: "Entrevista a Antonio Escohotado", Revista Monográfica El idiota, No. 1, Barcelona, 2000.

11. De la Flor Aguirre, Raúl: "Inferencias e interferencias", Revista Monográfica El idiota, No. 1, Barcelona, 2000.

12. Ott, Jonathan: Pharmacoteon, Natural Products Co., USA, 1996. (Traducido recientemente por La Liebre de Marzo).

 

  

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