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Datos
generales
Composición / Formas de adulteración / Farmacología Hechos interesantes |
Origen
El uso del hachís en el Medio Oriente se propagó a Europa en el siglo XVIII. Este es quizá uno de los psicoactivos que más ha dado pie a la elucubración de leyendas y experimentaciones artísticas. Dentro de la denominada botánica oculta se sabía desde tiempos remotos que del cáñamo índico se extraía "un extracto grasiento", del cual se fabricaba el famoso "haschisch". Paracelso decía de él que "en humo o a dosis ingeridas, proporciona éxtasis místicos, diabólicos o extremadamente eróticos, según la moralidad o mentalidad del individuo que lo usa. Estos éxtasis son casi desconocidos en Occidente; en cambio, determinadas sectas lo utilizan y aplican sabiamente en sus ceremonias y ritos litúrgicos." (33) Por su parte, el aceite de cáñamo parece haber entrado en circulación hasta el siglo XIX y su uso se mantuvo como una modalidad europea. Etimología
y denominaciones
La palabra hashís o hachís, que es la palabra ya castellanizada, proviene de los hassassins, miembros de una secta famosa por sus asesinatos y vinculada al uso de este psicofármaco. Al hachís también se le llama hash en México, aunque es poco común encontrarlo. En España en cambio es de lo más común, mucho más que la marihuana seca y se le llama chocolate, china o polen. Un cigarro elaborado con tabaco y hachís es un porro o canuto. Y la persona que lo ha consumido, está colocado o emporrado. Identificación El hachís es una pasta hecha con la resina prensada que segrega la parte florida del cáñamo hembra, (los llamados cogollos). Dicha resina tiene un color café intenso y generalmente se presenta comprimida en forma de pequeños bloques. Se elabora extrayendo la resina de la marihuana seca con ayuda de un cedazo. La marihuana se agita dentro de un tamiz hasta que la resina atraviese los agujeros de la malla toda vez separada de la materia vegetal. Esta resina se prensa para formar una bola o una tableta de hachís.
Otra forma de prepararlo que se utiliza en la India y en Nepal es frotando los cogollos de la marihuana aún plantada entre las manos, hasta que poco a poco la resina se vaya acumulando en la piel formando una capa oscura, entonces se frotan las manos entre sí hasta formar una bolita que se denomina charas.
Composición
Tanto el hachís como el aceite contienen proporciones mucho más considerables de THC y de otros canabinoles que la marihuana. Formas de adulteración
El hachís puede cortarse con goma arábiga, henna, leche condensada, clara de huevo, restos de plantas, cenizas, cera, parafina, aceites y sustancias similares. Para detectar la adulteración puede hacerse uso de una boquilla indicada para reducir la nicotina y alquitranes del tabaco. Cuando el hachís está adulterado basta una fumada para obstruir por completo el filtro de la boquilla. Según describe José T. Gallego en "Goma de la buena", un artículo publicado en el Especial 2000 de la revista Cáñamo, cuando está a temperatura ambiente, el hachís debe ser denso, sólido, bastante duro. Advierte que "cuando el hachís contiene gran cantidad de materia vegetal, sigue siendo blando y sobre todo esponjoso, aún después de ser prensado", esto suele ser indicativo de que han sido adulteradas con aceite o grasa. Asegura también que el buen hachís debe prender al segundo o al tercer intento cuando se pone en contacto con la llama de un encendedor, pues si prende a la primera, "suele estar adulterado con parafina, cera o contiene muchos restos vegetales". Es de suponer que el hachís muy puro hierve y burbujea al acercarle la llama, no prende porque contiene el mínimo posible de materia vegetal necesario para arder. Otro indicativo para detectar una adulteración según Gallego es el olor del hachís, "si es extraño o sintético, sospecharemos de la presencia de adulterantes". (9) El aceite puede mezclarse con otro tipo de aceites comestibles que por lo general son amarillos y aclaran la mezcla final; debido a ello, cualquier conocedor sabe a simple vista si el aceite es del color acostumbrado o si ha sido cortado con otro. Mecanismo de acción y formas de empleo El hachís se fuma o se ingiere mezclado con miel o mantequilla. Sobre su mecanismo de acción al llegar al cerebro se sabe que es similar al de la marihuana, tarda al menos 30 minutos en aparecer cuando ha sido fumado y hasta una hora y media cuando ha sido ingerido, en cuyo caso puede prolongarse hasta por cinco o seis horas. El aceite puede ingerirse oralmente cuando es muy puro, de otra manera es preferible mezclarlo con tabaco y fumarlo. Por vía intestinal puede tardar hasta dos horas en hacer efecto y su duración puede llegar hasta las ocho o diez. Usos terapéuticosEl hachís presenta algunas utilidades similares a la marihuana. Sobre el aceite no hay reportes. DosificaciónLas dosis bajas de hachís se calculan entre 500 y 1000 mg; dosis medias entre 3000 y 4000 mg. Las dosis letales sobrepasan los 30,000 mg. Charles Baudelaire recomendaba "diluirlo en una taza de café negro muy caliente y tomárselo en ayunas... Del mismo modo que toda alegría y todo bienestar son superabundantes, también todo dolor y toda angustia son inmensamente profundas... En lo posible es preciso disponer pues de un hermoso piso o de un hermoso paisaje, tener el espíritu libre y despreocupado, y estar acompañado de unos cómplices cuyo temperamento intelectual sea semejante al vuestro; y contar asimismo con algo de música si es posible". (6) En cuanto al aceite, la dosis depende de la calidad del producto, si es muy puro, basta una pequeña gota para inducir experiencias de notable intensidad que se manifiestan hasta después de dos horas de haber sido consumido. Efectos psicológicos y fisiológicosEl ya citado José T. Gallegos (9) dice que "el hachís malo y adulterado apenas coloca, más bien atonta. El hachís bueno sube rápido y abre la mente en lugar de embotarla" En sus Paraísos artificiales Baudelaire reconoce tres momentos sucesivos a partir de la ingestión oral del hachís:
El experto Antonio Escohotado asegura que un viaje con aceite de mala calidad equivale a uno con marihuana hecha galleta, es denso y largo; en cambio relata sobre el aceite de buena calidad:
A nivel físico, el consumo tanto de hachís como de aceite ocasiona alteraciones muy similares a las de la marihuana, acelera el ritmo cardíaco, dilata los vasos sanguíneos y disminuye la coordinación psicomotriz en función de la cantidad utilizada. En algunos casos se han detectado anormalidades menstruales en las mujeres y disminución en las concentraciones de testosterona y cuentas espermatozoides reducidas en los hombres. Los riesgos comparativos a nivel pulmonar entre fumar tabaco y fumar hachís son los mismos que entre fumar tabaco y fumar marihuana. En el caso del hachís, también se puede hacer uso de vaporizadores o pipas de agua para suprimirlos. No existe ningún reporte sobre posibles daños genéticos producidos por el consumo de hachís, ni existen estudios sobre daños físicos en consumidores habituales de ambas sustancias. Potencial de dependencia
Se adquiere cierta tolerancia a los tres o cuatro días de usos continuo y desaparece a los dos o tres días de privación, no obstante, parece ser que las experiencias provocadas por ambos productos son tan intensas que no hay muchos que se atrevan a repetirlas cotidianamente. Al igual que la marihuana, ni el hachís ni el aceite provocan dependencia física, pero sí pueden llegar a generar una gran dependencia psicológica. Su retiro no produce ningún síndrome abstinencial orgánico, aunque pueden presentarse cuadros de ansiedad, tensión e irritabilidad pasajeros. ¿Qué hacer en caso
de emergencia? A través de la inhalación es prácticamente imposible llegar a una intoxicación aguda porque las vías respiratorias no admiten más a partir de cierto punto, alcanzado el cual se generan accesos de tos y estados de sopor. En caso de intoxicación por ingestión se recomienda provocar el vómito si el sujeto está consciente, administrar leche o carbón activado para retardar la asimilación y llamar al servicio médico si se presentan cambios bruscos de temperatura, de presión o de ritmo cardiaco que puedan conducir a convulsiones. En caso de un «mal viaje» se recomienda lo mismo que en el caso de la marihuana: infundir confianza y serenidad al consumidor, cambiar de ambiente y de ser verdaderamente necesario, administrar 5 mg de haloperidol (Haldol®). El hachís es una substancia prohibida, perteneciente a la Lista I. El aceite como tal no está prohibido, pero como el THC sí lo está, se considera también como un fármaco de la Lista I. En la práctica esto significa que no hay autorización alguna para comercializar ni hachís ni aceite con fines recreativos. Sus fines científicos y médicos virtualmente no existen. En el
caso de la legislación
mexicana en materia de drogas, de acuerdo a las Tablas de penas previstas en el artículo
195 BIS del Código Penal para el Distrito Federal en Materia Común y
para toda la República en Materia Federal, portar menos de 5 g de HACHÍS se considera como consumo personal y no se aplica ninguna sanción
según el Artículo 199 del mismo código. Los hassassins Marco Polo dedica algunas páginas de su diario de viajes a consignar la existencia de una secta religiosa cuyos seguidores se hacen llamar hassassins (término del cual derivan las palabras hachís y asesino), célebre por sus crímenes y por el empleo de una extraña poción preparada con charas hindú. "La orden comprendía una jerarquía esotérica dividida en tres grados: lassik (aprendiz), fedawi (sagrado) y refik (compañero). Sobre éstos, la jerarquía esotérica reunía a los dais (maestres), los daikebirs (grandes priores) y el jeque al-Djebel (gran maestre)." (7) Se cree que esta organización sirvió de modelo a órdenes religiosas y militares como la Orden del Temple y los Caballeros Teutónicos. Según cuenta Phillip K. Hitti en The Book of grass: "El movimiento Asesino, llamado 'nueva propaganda' por sus miembros, fue inaugurado por Al-hazan Ibn-Al-Sabbah (muerto en 1124), probablemente un persa, que clamaba ser descendiente de los reyes Himayarite de Arabia Saudita». Para recuperar su trono, este personaje se dio a la tarea de reclutar un número considerable de jóvenes entre los 12 y los 25 años de edad a quienes mantenía confinados en una fortaleza donde se les enseñaba «el libre y traicionero uso de la daga, reduciendo el asesinato a un arte." (26) Para reclutar a sus mercenarios, Al-hazan introducía grupos de cinco o seis jóvenes a los jardines de su palacio. Allí les hacía beber "cierta poción que los transportaba a un profundo sueño". Al despertar, todos aseguraban que verdaderamente acababan de regresar del paraíso, donde ángeles femeninos "yacieron con ellos hasta saciar sus corazones de contento." Así pues, cuando su Maestro tenía algún plan en mente sólo tenía que decirles: "Id y haced esto y esto; que cuando retornéis mis ángeles os llevarán de nuevo al paraíso. Y no tengáis miedo de morir, aun si lo hacéis, os mandaré a mis ángeles para traeros de nuevo al paraíso." (26) Según relata un personaje de Alejandro Dumas en El Conde de Montecristo, "lo que aquellos jóvenes tomaban por la realidad, era un sueño; pero tan dulce, tan embriagador, tan voluptuoso que se vendían en cuerpo y alma al que se lo había proporcionado, y obedeciendo sus órdenes como a las de Dios, iban a herir al opuesto polo del mundo a la víctima señalada, muriendo en los tormentos sin quejarse, con la sola idea de que la muerte que sufrían no era sino una transición a esa vida de placeres, de la cual aquella hierba santa, que ante vos veis servida, les había dado un anticipo." (13)
Las mil y una noches con hachís Durante alguna de Las mil y una noches Sherezada comienza a contarle al sultán la "Historia de los dos consumidores de hachís":
La suerte lo lleva a pescar un perro, insultar a unos guardias y ser conducido ante el cadí. "Éste con el permiso de Alá era también muy aficionado al hachís" por lo que terminó hospedando al pescador en su palacio y agasajándolo con su droga favorita. En medio de la fiesta los encontraron el sultán y el visir que paseaban por la ciudad disfrazados de mercaderes. Gracias a un incidente de envergadura, el pescador se hizo pasar por sultán y el cadí por visir. Los auténticos fingieron caer en el engaño, pero al día siguiente mandaron llamar a los impostores para divertirse con ellos. Viéndose descubierto, el cadí cayó de rodillas implorando perdón, mientras el pescador que, a causa del abuso del hachís seguía en estado de delirio, le dijo al sultán:
El sultán muy divertido por el comportamiento del pescador, le dijo:
El pescador contestó:
Los sueños eróticos del Conde de Monte-Cristo En la clásica obra de Alejandro Dumas, Simbad le ofrece al Conde de Monte-Cristo "hachís de Abu-Gor, el gran fabricante, el hombre único; el hombre a quien se debería levantar un palacio con esta inscripción: Al fabricante de la dicha, el mundo reconocido." El enigmático Simbad discursa frente a su invitado sobre las virtudes que encuentra en la ambrosía que ofrece a su invitado:
Al Conde de Montecristo no le queda más que caer en la tentación. Prueba el hachís que le ofrece su anfitrión, se recuesta en un camastro y enseguida visualiza:
En toda la zona de influencia musulmana el charas o hachís es bastante consumido cuando a mediados del siglo XIX el autodenominado Club des Haschischiens, decide adoptarlo como psicofármaco de cabecera. Tomando como sede el hotel donde viven Baudelaire y el pintor Boissard de Boisdenier, diversos artistas como Delacroix, Gautier, Nerval, Moreau, Victor Hugo, Dumas y Balzac experimentan de cuando en cuando los efectos del opio y constantemente los del dawamesk, "una mermelada hecha de haxix, almizcle, canela, pistacho y azúcar" (7). De acuerdo al crítico literario Peter Owen: "Todos estaban unidos en la búsqueda de nuevas formas de expresión y entendimiento... el grupo de escritores (y pintores) comparaba sus síntomas bajo el hachís o el opio, y especulaba sobre la forma en que su imaginación y su arte podían ser estimulados o traicionados por las drogas." (32) Como fruto de esas reuniones, la historia de la literatura recibiría el Hashish de Gerard de Nerval, Le Club des Haschischiens de Theophille Gautier, varias pinturas de Boisdenier y Delacroix, la Monografía sobre el haschisch de Moreau y por supuesto, los Paraísos Artificiales y El teatro seráfico de Baudelaire.
MI EXPERIENCIA PERSONALVer marihuana
TEXTOS DE CONSULTA ACERCA DEL CÁÑAMO Y SUS DERIVADOS 1. Anónimo: El Rig Veda, CNCA, Col. Cien del Mundo, México, 1989 . 2. Anónimo: Las mil y una noches, Tomo II, Ediciones 29, España, 1988. 3. ARSEC: Cannabis: Manual de cultivo para el autoconsumo, Asociación Ramón Santos para Estudios del Cannabis, Barcelona, España, 1999. 4. Astorga, Luis: El siglo de las drogas, Espasa-Calpe, México, 1995. 5. Azuela, Rodrigo y Arnaldo Vidal: Análisis psicológico y social de la Cannabis, tesis de licenciatura en psicología, UNAM, México, 1995. 6. Baudelaire, Charles: Los paraísos artificiales. Acerca del vino y del hachís, Fontamara, México, 1994 7. Brau, Jean Luis, Historia de las drogas, Bruguera, España, 1973. 8. Burroughs, William: "Di no a la histeria de las drogas", en Drogas: la prohibición inútil, Milenio, México, 1996. 9. Cáñamo, "revista oficial de la cultura del cannabis", varios números, editada en Barcelona, España. 10. Connell Clarke, Robert: Marijuana botany, Ronin Publishing, Inc. USA, 1981. 11. Conrad, Chris: Cannabis para la salud: Sus aplicaciones en medicina y nutrición, Martínez Roca, 1998, España 12. Dornbierer, Manú: La guerra de las drogas, Grijalbo, México, 1990. 13. Dumas, Alejandro: El Conde de Monte-Cristo, Porrúa, México, 1980. 14. Escobedo, Mariana: "Legalizar la marihuana: muerte al narcotráfico", Generación, México, sep-oct de 1994. 15. Escohotado, Antonio: El libro de los venenos: Guía de drogas, las lícitas y las otras, Ómnibus-Mondadori, España, 1990. 16. Escohotado, Antonio: Historia General de las Drogas, Tomo II, Alianza, España, 1995. 17. General Information about hemp as a drug, Mind's High (Internet) 18. Ginsberg, Allen: "First manifesto to end the bringdown" en The marihuana papers, New American Library, 1968. 19. Grinspoon, Lester y James Bakalar: Marihuana, la medicina prohibida, Paidós, España, 1998. 20. Grispoon, L. Reconsideración de la marihuana, Extemporáneos, México, 1973. 21. Heffern, Richard: Secrets of Mind-altering plants of Mexico, Pyramid Books, USA, 1974. 22. Hemp For Victory Text Version of a film produced by the U.S. Department of Agriculture to promote hemp production for the war effort. (Internet). 23. Herer, Jack: El emperador está desnudo: el cáñamo y la conspiración de la marihuana, Castellarte, 1999, España. 24. High Times, revista especializada en el cultivo de la marihuana y otros temas relacionados con el ámbito de drogas psicoactivas, varios números, editada en Estados Unidos. 25. History of Marihuana Legislation, The Report of the National Commission on Marihuana and Drug Abuse (Internet). 26. Hitti, Phillip K. "The assassins" en The book of grass, Hyperreal (Internet). 27. Iglis, Brian: Marihuana y otras hierbas: Del consumo libre a la prohibición, Tikal, 1994, España. 28. Kitzinger, Sheila: "The Rastafari cult of Jamaica", Journal of Scientific Study of Religion, USA, 1965. 29. Las Naciones Unidas y la Fiscalización del uso indebido de drogas, ONU, Nueva York, 1990. 30. Manual de identificación de estupefacientes y psicotrópicos, Instituto de Capacitación de la PGR, México, 1994 31. McKenna, Terence: El manjar de los dioses, Paidós, España, 1993. 32. Owen, Peter: "The Hashish Club", en Anthology of Drug Literature, 1975 (Internet) 33. Paracelso: Botánica oculta. Las plantas mágicas, Kier, Argentina, 1975. 34. Polland, M. "Marijuana in the 90's", The New York Times Magazine, USA, February 19, 1995. 35. "Rechaza el Senado de EU uso legal de marihuana", Periódico Reforma, México, 3-XII-96. 36. Rius: "Nuestra mejor planta productiva", revista El Chamuco, no. 8, México, junio de 1996. 37. Schroeder, Richard: El mundo de las drogas, Edamex, México, 1993. 38. The history of Cannabis, The Lindesmith Center (Internet). 39. The Lycaeum Drug Achives (internet: http://www.lycaeum.org/) 40. Weil, Andrew & Winifred Rosen: "marihuana" en Del café a la morfina, Integral, Barcelona, 1993.
Enlaces dentro de Mind-Surf: La entrevista que le hice a Felipe Borrallo, presidente de la Asociación Ramón Santos Para Estudios sobre el Cannabis (ARSEC). La entrevista
que le hice a Ir
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