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Los últimos reportes médicos acerca de la marihuana
De entrada Iversen advierte que el consumo de cannabis para fines recreativos se ha convertido en la droga ilícita más ampliamente consumida en Occidente, ocupando el tercer puesto en la lista de drogas recreativas, tras el alcohol y el tabaco. Según afirma, "gracias a distintos estudios se ha podido desvelar que en muchos países occidentales, hasta un tercio de la población comprendida entre los quince y los cincuenta años reconoce haber consumido cannabis alguna vez". (50) Desde su punto de vista, la dependencia es el riesgo más frecuente del cannabis y el más subestimado entre los consumidores:
Iversen utiliza la clasificación del antropólogo escocés Neil Montgomery quien dividió a los consumidores de cannabis para uso recreativo en tres categorías:
Respecto al tema del uso recreativo, el mismo Iversen concluye y preveé que:
Como complemento a esta investigación publicada en español en el 2001, se encuentran tres de los más recientes estudios publicados en noviembre del 2002 en la revista British Medical Journal, cuyo editorial, afirma que "aún no está claro si el hachís hace aparecer enfermedades como la esquizofrenia y la depresión crónica o las dispara en presonas predispuestas", ya que el aumento del consumo en los últimos años "todavía no ha elevado las enfermedades psiquiátricas porque el efecto es a largo plazo". (49) En el primer estudio, científicos australianos siguieron durante seis años a 1,590 adolescentes y descubrieron que estadísticamente:
En el segundo estudio, un grupo de investigadores suecos analizó a 50,087 personas que en los años sesenta tenían entre 18 y 20 años. Los investigadores "comprobaron que entre quienes fumaban entonces había un 30% más de casos de esquizofrenia que entre quienes no fumaban". Este quipo corrobora también la predisposición a la depresión. El tercercer estudio, aplicado por un equipo británico a 1,047 veinteañeros de Nueva Zelanda, demostró estadísticamente que "una de cada diez personas que consume cannabis tiene un riesgo alto de padecer esquizofrenia". (49)
Los efectos de la marihuana en el sistema de chakras Donna Cunningham tenía varios años trabajando como terapeuta especializada adicciones cuando entró en contacto con Andrew Ramer, un sanador y canalizador con quien colaboró para escribir dos libros: The spiritual dimensions of healing addictions (45) y Further dimensions of healing addictions (46).
En Further dimensions of healing addictions, entre otras muchas cosas interesantes, nos explican cuáles son los efectos que tienen las principales sustancias adictivas sobre el campo energético humano, concretamente sobre el sistema de chakras. En el caso de la marihuana, Danna y Andrew aseguran que antiguamente esta planta cumplía una función esencial entre las culturas de Asia y del Este Medio ya que era utilizada como una herramienta de poder para efectuar cambios en el primer chakra e integrar y construir puentes entre varios chakras, que es lo que hace la marihuana en sus primeras utilizaciones, aunque el uso reiterado termina ocasionando el efecto contrario, obstruyendo principalmente el primero y quinto chakras y afectando los chakras del timo y el entrecejo.
Entre las diversas causas que Donna y Andrew aluden como factores determinantes para caer en el abuso de la marihuana, aseguran también que a nivel inconsciente:
Estos diagramas deben mirarse de arriba a abajo o dibujarse 25 veces consecutivas en tres sesiones por día. Además se recomienda mirarlos cuando se sientan deseos de caer en la tentación de usar nuevamente la droga en cuestión. (Ver más al respecto en adicciones)
Después de Ámsterdam fui a Barcelona donde entrevisté al director de la revista Cáñamo, al presidente de la Asociación Ramón Santos para Estudios del Cannabis, a un estudiante de ecología, a un enfermo de esclerosis múltiple y a varios usuarios y promotores del consumo cuyo entusiasmo y excelente "maría" compartí sin reservas...
Cuando finalmente regresé a México, efectivamente fumé menos, pero aún así no regresé al patrón esporádico sino que pasé de unas dos o tres veces por mes a unas dos o tres veces por semana. En esa época ya había formado parte de los primeros intentos de formar en México un movimiento para la despenalización de la marihuana primero y del resto de las drogas después, había escrito y publicado algunos artículos al respecto y me consideraba una candidata ideal para defender el uso responsable de la marihuana porque mi vida laboral, familiar y sentimental nunca se habían visto negativamente afectadas por el uso de marihuana y demás psicoactivos... Según yo... Y en parte era cierto. Mi vida laboral no se veía afectada porque desde hacía mucho tiempo que no existía. Igual que mi vida sentimental. Trabajaba en cosas eventuales, cambiantes y la mayoría de las veces, poco lucrativas. No tenía ninguna relación de pareja estable y ya no vivía con mis papás y mis hermanos, así es que tampoco estas relaciones se podían afectar. O sea que como no tenía nada concreto o permanente en mi vida, tampoco había nada que el uso de la marihuana pudiera interrumpir.
Pero las cosas con él no funcionaron y mientras pensaba qué hacer con mi vida, me fui a pasar una temporada con una familia de amigos suyos que rentaban una masía enmedio de las montañas de Tordera.
Tiempo después comencé una nueva relación de pareja con Joan Ramon, quien pretendía alejarme de las drogas en general y de la marihuana en particular. Bajo estas circunstancias me inscribí por primera vez a un curso intensivo de meditación Vipassana que duraba diez días, durante los cuales no podía consumir ningún tipo de psicoactivo, ni hablar con nadie que no fueran los profesores, ni abandonar las bellas instalaciones del ashram de Dhama Neru situado en el corazón energético de la tierra catalana.
Estoy trabajando en mi computadora portátil y ésta empieza a escribir sola. Me apanico porque pienso que sí, que en realidad mi guía es quien ha hecho los trucos [algunas cosas misteriosas que le han sucedido a algunos de mis archivos señalándome ciertas claves o pistas en lo que esccribo] y ahora ya de plano, en el descaro total, me está escribiendo directamente. Se me ocurre que mejor primero leo lo que me está escribiendo y luego me apanico. Dice "Vas bien", refiriéndose a mi libro de drogas "pero las cosas se van a retrasar un poco porque reprobaste la prueba final", refiriéndose a la marihuana; "y esa ya la habías pasado", me dice [reprobar significa suspender en mexicano]. En la pantalla del ordenador sigue una explicación más larga acompañada de imágenes pequeñas, como diapositivas. Me dispongo a leerla cuando una mujer me interrumpe. Me enojo mucho, pero como la veo llorando, paro el enojo y le pregunto qué le pasa. Ella me dice que su mamá no le blanqueó las paredes de su habitación, y yo le digo -más impaciente que compasiva- que no se preocupe, que yo se las pinto, que me deje terminar de leer el mensaje y luego le ayudo. Exactamente en este punto me despierto pensando ¡¡¡que gran injusticia!!!, porque todavía no había terminado de leer la explicación; luego me río pensando que es una treta de Rashil para que busque establecer una conexión más directa con él y me vuelvo a dormir. [Rashil es mi guía espiritual o ángel de la guarda. Entré por primera vez en contacto consciente con él a través de un canalizador que se llama Alex Sluky. En aquella ocasión me vaticinó varias cosas muy específicas que efectivamente sucedieron y respondió a mis preguntas demostrando un concocimiento asombroso de mí que nadie más habría podido tener, así es que quedé convencida de su existencia y de su ayuda en mi vida diaria.] Al día siguiente se me quitó la risa. Me la pasé pensando qué cosa hice mal y a qué se refería mi guía con eso de que ya había pasado esa prueba y ahora la reprobé. ¿Fue acaso cuando dejé de fumarla después del malviaje y durante toda mi estancia en el Centro de Alta Conciencia Tepozcahuic? ¿O acaso se refería a otra vida? ¿O las dos cosas? Martin Stevens, el maestro de Vipassana me dijo que me olvidara de mis sueños y me concentrara en el trabajo de meditación, lo cual hice lo más obedientemente que pude. No obstante, cada noche antes de dormir le pedía a Rashil que por favor me explicara de qué se trataba el asunto, pero parece que había otras prioridades y soñaba otras lecciones referentes a otros temas; sin embargo uno de esos días tengo otro sueño:
Y no me acuerdo qué más porque no me gustaron esas escenas y desperté furiosa pensando que yo no soy así y reclamándole a mi guía que si acaso esas escenas se encontraban en mi subconsciente, debían ser resultado de las paranoias respecto a los tenebrosos ambientes de compra que tenía Joanra; le argumenté que de hecho yo rara vez había comprado marihuana y mucho menos hachís, que casi siempre me la regalaban, que casi nunca fumaba hachís, que mi relación con la noble marihuana estaba bajo control, que era ella quien venía a mí y no yo a ella, que no tenía esa ansiedad caricaturizada del sueño... y no sé qué más reclamos le hice, muy enojada... Sincrónicamente esa noche en uno de los discursos nocturnos de Goenka que veíamos en vídeo cada noche como introducción a las enseñanzas del Buda, contó una anécdota de unos fumadores de hachís que se pasaron toda la noche remando con gran esfuerzo seguros de que al día siguiente llegarían a su destino, pero cuando amaneció se dieron cuenta de que se les había olvidado desamarrar la balsa y todo su esfuerzo había sido en vano... El caso es que estaba hecha un lío al terminar el curso de Vipassana porque, además de todo pude percatarme de que efectivamente yo era la causante de todas mis miserias porque durante los diez días no hubo absolutamente ningún acontecimiento externo que pudiera perturbarme y debido a mis erráticos pensamientos yo segí pasando de la extrema felicidad a la extrema depresión varias veces al día como era mi costumbre ciclotímica en esa época y para colmo de males, vi que estaba a punto de cometer un "grave error" con mi investigación acerca de las drogas (ver más al respecto en mi séptima experiencia con la abuela ayahuasca). Como no entendía nada, decidí dejar de fumar marihuana y hachís para ver si a través del contraste entre la vida fumando y la vida sin fumar, podía averiguar cuál había sido el fallo que me llevó a "reprobar la prueba final" según mi guía. Así es que a partir de ese momento nunca más volví a fumar, a pesar de que saliendo del curso mis amigos me recibieron con un porro y tuve que pasar por algún tiempo de tentación provocado por el mismo ambiente de consumo a mi alrededor, hasta que finalmente me fui a vivir con Joanra e ingresé a un entorno totalmente adverso a la marihuana que me facilitó considerablemente alejarme de ella. Sin embargo, los días pasaban y yo continuaba deprimida, sin encontrar ninguna mejoría palpable en mi vida, y sintiendo que de hecho las cosas estaban peor porque ni siquiera tenía ya los agradables espacios de consuelo, esparcimiento y elevación que me permitía mi querida marihuana. Estaba muy enojada y aún más confundida que antes. Así es que al final de mi octava experiencia con la abuela ayahuasca les pregunté de nuevo a mis guías qué había de malo en fumar marihuana. Les expliqué de nuevo que a final de cuentas la marihuana era quien llegaba a mí y les recordé dos de mis anécdotas más espectaculares al respecto: 1) Cuando todavía vivía en Tepoztlán, estaba en casa con mi amiga Frida quien fue a visitarme después de mucho tiempo sin vernos. Ambas pensamos que sería genial si tuviéramos marihuana para fumar mientras leíamos nuestros respectivos textos y nos contábamos los chismes acumulados, pero ninguna de las dos teníamos nada. De repente tocó el timbre una mujer que estaba buscando a un amigo mío. Como yo sabía que ella era quien le vendía marihuana, le pregunté si acaso traía y efectivamente llebaba un enrome paquete para mi amigo que por supuesto nosotras le pagamos de inmediato y procedimos a fumar con singular alegría pensando que se trataba de un auténtico regalo del cielo, pues además de que era buenísima, ¡nunca habíamos visto tanta junta! 2) Estando por primera vez en Barcelona, fui a hacer una entrevista a los cuates de mi amigo Emilio, era de madrugada y regresaba al piso de los amigos que me hospedaban, cuando me detuve en un parque para aprovechar los últimos efectos del hachís que había fumado con ellos. Me puse a cantar y bailar una canción de Soda Stereo con la vocalista de Los aterciopelados y cuando terminé me fui caminando hacia el piso de mis amigos pensando que como no tenía nada de sueño, estaría genial fumar un poco más de hachís mientras terminaba de pintar la portada del relato de mi tercera experiencia con ayuahuasca, pero recordé que ya se me había terminado. De pronto y de la nada, ¡¡¡salió un chico ofreciéndome la mitad de su porro porque según me dijo, ya le había dado sueño y se iba a dormir!!! Lo cual para mí era otro clarísimo regalo del cielo junto con su bendición para inspirarme a concluir mi acuarela, que por supuesto quedó genial gracias a las formas que el magnánimo hachís me permitió descubrir altreando mi percepción... El caso es que después de recordarles estas dos anécdotas y el hecho de que cuando vivía en Tepoztlán me bastaba con tirar las semillas por allí para que crecieran espectacularmente, mis guías se rieron mucho, me contestaron que ya no era una novata, que gracias a las enseñanzas de los pleyadianos ya sabía perfectamente cómo funcionaban las cosas en la tercera dimensión y que no me hiciera la loca, que mis experiencias siempre confirmarían mis creencias y que no era el cielo sino yo misma quien me la regalaba al no ponerle la menor traba, ya sea consciente o inconscientemente... Me aseguraron que comenzaría a entenderlo todo en cuanto abandonara mi berrinche y estuviera en una actitud receptiva y de sincera apertura, o sea, considerando aunque sea levemente la posibilidad de que la marihuana no siempre es lo máximo. Por supuesto me dejaron callada con esta respuesta y otras pistas que me dieron acerca de mi limitado concepto de la felicidad. De tal suerte que eventualmente tuve la apertura necesaria para recibir mi primera información negativa respecto al uso reiterado de la marihuana: una maestra de Reiki me dijo que yo tenía el sexto chakra obstruido y me recomendó que leyera el libro Manos que curan de Barbara Brennan. Ya sabía algo sobre los chakras, pero no había profundizado en este apasionante tema (ver más al respecto en chakras y psicoactivos). Leyendo este libro comencé a darme cuenta de que los psicoactivos tenían efectos acumulativos sobre la anatomía sutil y podían llegar a ensuciar y obstruir el libre flujo de la energía (ver más al respecto al final de Mi novena experiencia con la abuela ayahuasca). Poco después otra amiga me prestó el libro Médicos del Cielo donde se hacía referencia a las entidades del bajo astral que se pegan al cuerpo etérico de los consumidores de marihuana; luego una compañera de un curso me dio otro libro, Usted y la eternidad de Lobsang Rampa, que confirmaba esta afirmación y ofrecía más datos al respecto. Entonces recordé que efectivamente aunque en esos momento no sabía de qué se trataba, durante mi última etapa viviendo en la Ciudad de México mi amiga Frida y yo tuvimos algunos encuentros espeluznantes con estas entidades a las que nunca vimos pero sí percibimos. Afortunadamente todo esto ceso por completo cuando me fui a vivir al ashram de Tepoztlán y nunca más me ha vuelto a ocurrir. Por último, ahora que regresé a México a visitar a mi familia y terminar esta web, se me ocurrió leer un libro que había comprado en mi primer viaje a Ámsterdam y por "alguna extraña razón" había olvidado aquí: Further dimensions of healing addictions de Donna Cunningham y Andrew Ramer. Conforme fui leyéndolo se fueron acomodando muchas piezas de mi rompecabezas mental. Por ejemplo, entendí por qué había soñado aquellas escenas de los ambientes turbios de compra del hachís. Según los autores, a nivel energético, cada sustancia está cargada con los patrones de las ondas cerebrales de quienes han entrado en contacto con ellas, por eso: "las sustancias que son ilegales, traen con ellas el miedo, el odio, la energía de explotación de todos aquellos que están involucrados" (46). Creo que esto es lo que estaban tratando de advertirme en los sueños de Vipassana: que en algún lugar lejano a mi conciencia estaban depositadas estas energías... Y bueno, el caso es que al final de la lectura entendí perfectamente por qué había reprobado la prueba de la marihuana. En primer lugar era la candidata ideal para sentirme atraída por esta herramienta de poder pues tenía una configuración aural esquizoide, según la define Barbara Brennan, o sea, obstrucción de los primeros chakras, considerable apertura de los superiores y tendencia a "salirse del cuerpo" a tal grado que la columna vertebral llega a desviarse (en mi caso la desviación es leve pero evidente), lo cual inclina al posedor de esta configuración aural a "no tocar de pies al suelo" e interesarse por cuestiones espirituales, más como un escape que como un camino concreto, mientras no se reparen los chakras inferiores. En segundo lugar cumplía con todas y cada una de las condiciones que enumeraban Cunningham y Ramer:
Esto último lo averigüe de una forma muy curiosa y que tiene mucho qué ver con esta investigación. Durante mi primer viaje a Barcelona busqué a Josep Maria Fericgla para entrevistarlo. Por cuestiones de tiempo me dijo que lo acompañara y lo entrevistara camino a Sabadell donde esa tarde daría una conferencia sobre las plantas psicoactivas que usaban las brujas. Muy obediente y agradecida lo acompañé y lo entrevisté.
Lo más curioso del asunto es que esa noche, cuando se lo platiqué a mi tía Angélica que también andaba en Barcelona por esas fechas, ella y las personas que la acompañaban me comentaron asombradas que a la misma hora mi tía también había sufrido el mismo ataque de tos ¡pero enmedio del departamento de zapatos del Corte Inglés! Así es que terminamos riéndonos y especulando quién habría sido la tercera bruja de Sabadell... Así es que también cumplía con la última característica que anotan Cunningham y Ramer como detonante del abuso de cualquier tipo de psicoactivo: la imposibilidad de llevar a cabo tu visión. Desde hace tiempo sé que en esta primera etapa de mi vida me toca coadyuvar a rescatar y difundir el antiguo conocimiento de la utilización de las plantas sagradas, a pesar de todas las obstrucciones que me autogenero en función de mis distintos miedos. Por ejemplo: regresar con Gaspar Fraga, el director de la revista Cáñamo, a quien admiré profundamente cuando lo entrevisté. Tiempo después le pasé el primer borrador de la entrevista para que me lo aprobara antes de publicarlo en el supuesto libro que terminó siendo esta web. No me lo aprobó porque contenía algunas cosas que ya habían caducado y otras que no le acabaron de gustar. Entonces quedamos en que cuando regresara a Barcelona lo entrevistaría de nuevo. Pero ahora que mi pensamiento sobre la marihuana ha cambiado tan radicalmente como lo ha hecho, no sé qué actitud tomar al respecto, no sé cómo podría explicárselo a él y sólo por eso no he sido capaz de ir... Me imagino que cuando me encuentre en su oficina y me ofrezca su porro mientras charlamos de nuevo frente a la grabadora, no sabré decirle por qué esta vez no puedo aceptarlo... Pienso que cuando comience a hablarle de cuerpos sutiles, chakras, sueños, entidades del bajo astral y vida pasadas, me pondrá los mismos ojos de plato que me puso su amigo Felipe Borrallo cuando le pregunté si tenía un libro de John Lilly y me dirá algo similar a lo que él me dijo: que en su librería "no se vende ciencia ficción, sino textos científicos sobre la consciencia y los psicoactivos"... Durante los sesentas John Lilly fue un pionero al hablar por primera vez en un ambiente académico de cosas tan interesantes como los mensajes de sus guías y los peligros de no desactivar los programas autodestructivos que pueden guardar nuestras mentes antes de aventurarnos a experimentar con sustancias como la LSD. Y sufrió el rechazo y la exclusión, la neo inquisición académica digamos, que lo etiquetó como desequilibrado mental y lo dejó marginado. Justo por este tipo de temores no le comenté nada a Josep Maria Fericgla acerca de lo que reviví durante su conferencia y todavía no sé si algún día tendré oportunidad de hacerlo... Seguro Fericgla me hubiera comprendido. Quizá Gaspar Fraga nunca reaccionaría como me alucino y pobablemente Felipe Borrallo haya leído bastante de psicología transpersonal y todos piensen de una manera diferente a lo que mi paranoia me dicta, pero seguramente no lo averiguaré hasta que termine de despejar el bloqueo de mi chakra de la garganta y me atreva a charlar de nuevo con todos ellos... De hecho, según Barbara Brennan, la evolución es un juego en el que todos ganan y cada uno de nosotros tenemos una misión específica que cumplir y el camino para lograrla pasa por la superación paulatina de todas nuestras limitaciones personales para poder entregar nuestro regalo al mundo. He repetido innumerables veces, desde que lo leí, que etimológicamente el significado de droga o fármaco significa ambas cosas, remedio y veneno a la vez, y que dependiendo de cómo y con qué frecuencia lo usemos funciona como una cosa o como la otra. Y aún así, reprobé la prueba de la marihuana porque no supe ver la delgada línea que separaba el remedio del veneno. Espiritualmente aprendí que el miedo de expresar y traer a la realidad mis ideas para materializar mi visión es lo que me llevó a buscar precisamente el psicoactivo que en un principio me ayudó a abrir los chakras que más tenía afectados. Y como no aproveché esa oportunidad en la que la marihuana actúo como remedio para tomar impulso y abandonar mis miedos dándole gracias por su ayuda y despidiéndome a tiempo de ella; lo que ocurrió es que se convirtió en un obstáculo porque me enganché a seguir fumando y no sólo regresé al punto de partida añadiendo la carga de una dependencia a mi vida, sino que contribuí a bloquear aún más mis chakras alejándome más de mi visión. Una de las lecciones más importante que he sacado de mi adicción a la marihuana es que, como bien señalan Donna y Andrew, suspender el consumo no es suficiente para poder recuperar la armonía, sino que además hemos de aprender la lección espiritual que hay detrás de cualquier adicción y reparar el daño que el abuso ha ocasionado tanto en el cuerpo físico como en los cuerpos sutiles. Y justamente en eso estoy ahora, investigando cómo reparar ese daño y probando distintas técnicas. En los primeros chakras ya he mejorado significativamente, en el quinto más o menos y en el sexto creo que aún me falta bastante... Ya estoy echando raíces, me he casado con Joan Ramon, he encontrado una forma mucho más estable de ganarme la vida compartiendo mis conocimientos acerca del trabajo con sueños y ahora estoy empezando a hacer lo propio con las plantas y sustancias psicoactivas y otros temas relacionados con la espiritualidad, cuyos conceptos poco a poco estoy comenzando a aterrizar en mi vida cotidiana... Y bueno, si estás leyendo estas páginas y puedes sacar algún provecho de ellas, significa que ahí la llevo y voy por buen camino... Espero de corazón que así sea. INLAKESH FUENTES DE CONSULTA ACERCA DEL CÁÑAMO Y SUS DERIVADOS 1. Anónimo: El Rig Veda, CNCA, Col. Cien del Mundo, México, 1989 . 2. Anónimo: Las mil y una noches, Tomo II, Ediciones 29, España, 1988. 3. 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49. British Medical Journal, november 2002, UK, reseñado en El País, España, 23 de noviembre de 2002. 50. Iversen, Leslie: Marihuana, conocimiento científico actual, Ariel, Barcelona, 2001.
Enlaces dentro de Mind-Surf: La entrevista que le hice a Felipe Borrallo, presidente de la Asociación Ramón Santos Para Estudios sobre el Cannabis. La
entrevista que le hice a
Asociación Ramón Santos Para Estudios sobre el Cannabis
(ARSEC): R El
invernadero Yahooka
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