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Origen Antes del reconocimiento
oficial de sus cualidades terapéuticas, la belladona, cuyo origen es
europeo, estuvo vinculada a la brujería y a múltiples historias de envenenamientos
célebres. Etimología El nombre científico
de la belladona, Atropa belladona,
deriva de Atropos la inevitable hija de la noche y Erebeo, la más vieja
de las tres parcas encargadas de cortar el hilo de la vida. Esto da
una idea sobre su grado de toxicidad. Según Arias Carbajal (1) se le
llama belladona por el uso que las damas romanas
hacían de su jugo para embellecerse el cutis; según Brau (4) viene de
la propiedad midriática de su alcaloide que, dilatando las pupilas,
hace hermosas a las mujeres;
y según Saury (18) viene del uso cosmético que se le daba
para embellecer la mirada de las damas. Identificación
Composición
Ninguna. Mecanismo
de acción y formas de empleo En la medicina herbolaria suelen
prepararse cocimientos con las bayas y la raíz de la planta. En la medicina
moderna la belladona se aplica localmente en forma de solución durante
intervenciones oftálmicas, y en tabletas, cápsulas o gotas de administración
oral. Los efectos comienzan entre los 15 y los 30 minutos. Al llegar
al cerebro en dosis bajas, la atropina bloquea los receptores de la
acetilcolina deprimiendo los impulsos de las terminales nerviosas; en
dosis elevadas, se presenta una estimulación antes de la depresión. Usos terapéuticos En la terapéutica herbolaria
«esta planta narcótica que tan buen servicio proporciona a la Medicina
y en general a la humanidad doliente», según Arias Carbajal, (1) se
aplica en caso de neuralgias, tos nerviosa, asma, convulsiones, coqueluche,
epilepsia, constricciones espasmódicas y algunas enfermedades de los
ojos. En la medicina moderna se utiliza para bloquear los impulsos de
las terminaciones nerviosas previniendo las contracciones de los músculos
involuntarios, a tal grado que difícilmente puede llevarse a cabo una
operación de los ojos sin la ayuda de esta valiosa droga. (11) La atropina
se ha utilizado en conjunción con la levadopa para tratar la enfermedad
de Parkinson. Se emplea también como diurético, sedativo, analgésico
leve y antídoto contra la intoxicación por hongos que contengan alcaloides
muscarínicos como el Amanita muscaria. Dosificación Dentro de la medicina herbolaria,
para cada aplicación intraocular se requieren entre una y tres gotas
de extracto de hojas de belladona; para preparar linimentos de aplicación
cutánea, 5 gm de hojas o 2 gm de la raíz pulverizada; para ingestión
oral, entre 5 y 15 gotas de bayas maceradas en alcohol. En usos rituales
o recreativos se utilizan dosis más fuertes. Suelen ingerirse tres o
cuatro bayas, o extractos alcoholatados en proporciones que fluctúan
entre los 10 y los 15 gm por toma. En la medicina occidental las dosis
terapéuticas bajas van de 0.5 a 1mg y las altas de 2 a 5 mg; más de
10 mg se consideran peligrosos. Efectos psicológicos y fisiológicos Dosis leves reducen la salivación
y la sudoración. Con dosis mayores aumentan el pulso y el ritmo respiratorio,
la acción de los músculos involuntarios decrece, la frecuencia cardiaca
se acelera, la dilatación de las pupilas es muy marcada y se inhibe
la acomodación ocular, es decir, el cristalino se fija para la visión
lejana y los objetos cercanos se ven borrosos. Cuando la atropina se
aplica directamente al ojo, la acomodación y los reflejos oculares no
se recuperan durante 7 a 12 días. Con dosis aún mayores se inhibe la
micción y se presentan alucinaciones visuales y auditivas. Según Brau:
“Los granos arrojados a carbones encendidos dan vértigos seguidos de
alucinaciones. Los objetos pequeños adquieren dimensiones enormes. Se
ven también sucesiones de puntos luminosos en forma de lluvia de oro,
lo que a veces hace que se le dé el nombre de Alucinación-Danae.” (4)
El uso prolongado puede causar estreñimiento crónico. No se ha confirmado
daño genético en humanos; sin embargo, algunos estudios con animales
arrojan anormalidades fetales. Potencial de dependencia La belladona no provoca tolerancia
ni adicción física o psicológica. Su retiro no supone síndrome abstinencial
alguno. Qué hacer en caso de emergencia Un síntoma peculiar de la intoxicación por belladona es la pérdida completa de la voz, aunada a movimientos continuos e incontrolados de los dedos y las manos.
La belladona es una droga legal, puede cultivarse y venderse libremente.
Sus preparados médicos no requieren receta médica. Las ménades de las orgías dionisiacas
en la mitología griega, se arrojaban con los ojos dilatados a los brazos
de los hombres que adoraban a este dios, o bien "con los ojos de
fuego", caían entre los hombres para despedazarlos y comérselos.
El vino de las bacanales frecuentemente era adulterado con jugo de belladona.
Otra creencia de la época clásica sostenía que los sacerdotes romanos
bebían belladona antes de hacer las súplicas de victoria a la diosa
de la guerra. (5) De acuerdo con algunas tradiciones
orales que se conservan en tierras europeas, el espíritu que habita
dentro de la planta de belladona sólo sale una noche al año: la noche
de Walpurias, cuando se prepara para celebrar el Sabbath con las brujas.
En tierras célticas hay una superstición que vincula a la belladona
con una hechicera encantadora a la que es peligroso mirar, aunque una
versión más generalizada sugiere que cierta secta de sacerdotes tomaba
una infusión de belladona para honrar e invocar la ayuda de Bellona,
diosa de la guerra. (4) La verdadera historia de las escobas voladoras Dentro de la denominada botánica oculta se supone que tiene propiedades muy semejantes al beleño y es otra de las varias plantas que entran en la composición de la pomada de las brujas. "Sus hojas secas y trituradas mezcladas con azafrán y alcanfor constituyen un perfume mágico para ahuyentar las larvas del astral." (17)
Envenenamientos célebres con belladona
FUENTES DE CONSULTA ACERCA DE LAS PLANTAS
DE LAS BRUJAS 1. Arias Carbajal: Plantas que curan y matan, Editores Mexicanos
Unidos, México, 1990. 2. Jesús Callejo Cabo: La historia oculta del mundo vegetal,
Aguilar, Madrid, 1996. 3. Brailowsky, Simón: Las sustancias de los sueños: Neuropsicofarmacología.
FCE-CONACYT, México, 1995 4. Brau, Jean-Louis: Historia de las drogas, Bruguera, España,
1973. 5. Callejas Cabo, Jesús: La historia oculta del mundo vegetal,
Aguilar, Madrid, 1996 6. Crowley, Viviane: La antigua religión en la nueva era. La
brujería a examen, Arias M. Editores, Barcelona, 1991 7. Dumas, Alejandro: "Toxicología"
en El Conde de Montecristo Porrúa,
México, 1980. 8. Escohotado, Antonio: Historia General de las Drogas, Tomo I, Alianza Editorial, Madrid, 1994. 9.
García Piñeiro, Juan José: En
busca de las plantas sagradas, Col. Nagual, Ed. Gaia, España, 1996. 10. Gellerman, David: Cultural uses of hallucinogens, Internet. 11.
Goodman, Alfred et all: Goodman y Gilman. Las bases farmacológicas
de la terapéutica, 8va. edición, Panamericana, Argentina, 1991. 12. Grieve, M.: A Modern Herbal, Internet (ya no está en la drección que estaba cuando lo consulté). 13. Heffern, Richard: Secrets of the mind-altering plants of Mexico, Piramid Books, USA, 1974. 14. Krumm-Heller: Plantas sagradas, Kier, Buenos Aires, 1987. 15. Magnus, Brunus: Gran
libro de la magia del incienso, hierbas y aceites, Edicomunicación,
España, 1992. 16. Maquiavelo, Nicolás: La mandrágora, Fontamara, México, 1987. 17. Paracelso: Botánica oculta. Las plantas mágicas,
Kier, Argentina, 1975. 18. Saury, Alan: Las plantas fumables,
Mandala ediciones, 1980, España. 19. Schultes, R.E. y Hofmann, A.:
Plantas de los Dioses: orígenes del uso de los alucinógenos,
FCE, México, 1993. 20. Sédir,
Paul: Las plantas mágicas, Edicomunicaciones, Barcelona, 1991. 21.
Uyldert, Mellie: Esoterismo de las plantas, La tabla de
esmeralda, Edaf, España, 1982. |
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