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CONTENIDO
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Origen Antiguos
documentos describen a la mandrágora como una planta que: "adormece
el primer día y vuelve loco el segundo" (4). La Mandragora
officinarum o Atropa mandragora
es notable por la influencia que ejerció en Europa durante el medioevo.
Los campesinos de aquellos tiempos le tenían horror porque creían que
poseía ciertas características humanas. En los textos de magia se habla
de ella con verdadero culto. Contribuyeron mucho a la celebridad de
esta planta los charlatanes que vendían su raíz en altísimos precios,
gracias a las cualidades que le atribuían y a las que el vulgo daba
completo crédito. Etimología La
palabra mandrágora es de origen griego y quiere decir "dañino para
el ganado". Identificación
Composición
Formas de adulteración La literatura reporta casos en
los que varias personas fueron estafadas con plantas similares cuyas
raíces se cortaban de una forma parecida a la de la mandrágora para
hacerlas pasar por ésta. Mecanismo de acción y formas de empleo Se sabe que la mandrágora se
administra en forma oral. Como contiene principalmente atropina, se
comporta de manera similar a la belladona: en dosis bajas bloquea los
receptores de la acetilcolina deprimiendo los impulsos de las terminales
nerviosas; mientras que en dosis elevadas, provoca una estimulación
antes de la depresión. Usos terapéuticos En la medicina antigua las hojas
de mandrágora hervidas en leche se aplicaban a las úlceras; la raíz
fresca se usaba como purgante; y macerada y mezclada con alcohol se
administraba oralmente para producir sueño o analgesia en dolores reumáticos,
ataques convulsivos e incluso de melancolía. En tiempos de Plinio se
empleaba como anestésico dándole al paciente un pedazo de raíz para
que la comiera antes de realizar una operación. Dosificación No existen registros de dosificaciones
exactas. Únicamente hay menciones en el sentido de que su uso en pequeñas
cantidades era seguro, mientras que en dosis mayores provocaba delirios y locura o muerte
por intoxicación. Efectos psicológicos y fisiológicos En una página de Internet se
encuentra el siguiente relato anónimo presuntamente transmitido desde
alguna universidad de Berlín el 24 de enero de 1994:
Potencial de dependencia Aunque no hay investigaciones
al respecto, es poco probable que la mandrágora genere tolerancia o
adicción física o psicológica, por lo que no se espera ningún síndrome
abstinencial a partir de su retiro. ¿Qué hacer en caso de emergencia? La mandrágora es bastante tóxica,
pero su escasez y la dificultad que existe para cultivarla han hecho
que los casos provocados por su envenenamiento sean muy raros. Sus síntomas
son análogos a los de la belladona y se recomienda provocar el vómito
o lavar el estómago con 2 a 4 litros de agua, de preferencia con carbón
activado. Si los síntomas son graves (por ejemplo, cambios bruscos de
temperatura o taquicardia muy rápida), se da silicato de fisostigmina,
1 mg por vía intravenosa en cinco minutos con vigilancia electrocardiográfica
hasta controlar los síntomas. La fisostigmina se reserva específicamente
para el envenenamiento por atropina. (11) Régimen legal actual Aunque difícil, el cultivo de
la mandrágora es legal y
puede comerciarse libremente. La hija del hombre Se supone que Julieta empleó
un elixir preparado con mandrágora para fingir su muerte, mientras que
Romeo se envenenó con acónito. En vista de que su raíz suele bifurcase,
eso ha hecho que a la mandrágora se le compare con un cuerpo humano.
Teofrasto la llama antropomorfis;
Cumela, similis-homo; Eldal, árbol de cara de hombre, y las tradiciones
populares, hombrecillo plantado...
Un médico francés llamado Laurent Catelan aseguraba que «la mandrágora
procede del esperma de un hombre,
que en la germinación de esta planta hace el oficio y el efecto del
grano», esperma preferentemente "de hombres colgados de la horca
o aplastados por las ruedas... licuándose y virtiéndose con la grasa,
cayendo gota a gota en tierra (que, sin duda, por la frecuencia de los
cadáveres colgados, debe de estar feraz y untuosa como la de un cementerio)."
(4) Ritos para cortar la mandrágora
La mandrágora contra la posesión y la infertilidad En su Herbarium, Apuleius prescribe "para la idiotez, que es enfermedad
del diablo o posesión demoniaca, tomar del cuerpo de la planta llamada
mandrágora el peso de tres peniques, administrarla para beber en agua
caliente... el enfermo pronto se curará." (8) Las creencias más
arraigadas durante esta época consideran también que la mandrágora elimina
la esterilidad; de hecho hay referencias bíblicas en este sentido (Génesis
XXX.14). Nicolás Maquiavelo utilizó esta
creencia para burlarse de sus contemporáneos en la más extraordinaria
de las comedias del Renacimiento llamada precisamente La mandrágora, cuya trama gira en torno a las vicisitudes de una
pareja estéril que intenta conseguir la planta. Nicia, el marido, consulta
a un charlatán:
Toda vez persuadido de los beneficios
de la planta Nicia acepta pagar por el remedio. Los enredos comienzan
cuando el charlatán añade al mito uno nuevo:
Y
así, la mandrágora termina siendo en esta comedia lo que el médico francés
pretendía: semilla de hombre germinada.
FUENTES DE CONSULTA ACERCA DE LAS PLANTAS
SOLANÁCEAS 1. Arias Carbajal: Plantas que curan y matan, Editores Mexicanos
Unidos, México, 1990. 2. Jesús Callejo Cabo: La historia oculta del mundo vegetal,
Aguilar, Madrid, 1996. 3. Brailowsky, Simón: Las sustancias de los sueños: Neuropsicofarmacología.
FCE-CONACYT, México, 1995 4. Brau, Jean-Louis: Historia de las drogas, Bruguera, España,
1973. 5. Callejas Cabo, Jesús: La historia oculta del mundo vegetal,
Aguilar, Madrid, 1996 6. Crowley, Viviane: La antigua religión en la nueva era. La
brujería a examen, Arias M. Editores, Barcelona, 1991 7. Dumas, Alejandro: "Toxicología"
en El Conde de Montecristo Porrúa,
México, 1980. 8. Escohotado, Antonio: Historia General de las Drogas, Tomo I, Alianza Editorial, Madrid, 1994. 9.
García Piñeiro, Juan José: En
busca de las plantas sagradas, Col. Nagual, Ed. Gaia, España, 1996. 10. Gellerman, David: Cultural uses of hallucinogens, Internet. 11.
Goodman, Alfred et all: Goodman y Gilman. Las bases farmacológicas
de la terapéutica, 8va. edición, Panamericana, Argentina, 1991. 12. Grieve, M.: A Modern Herbal, Internet (ya no está en la drección que estaba cuando lo consulté). 13. Heffern, Richard: Secrets of the mind-altering plants of Mexico, Piramid Books, USA, 1974. 14. Krumm-Heller: Plantas sagradas, Kier, Buenos Aires, 1987. 15. Magnus, Brunus: Gran
libro de la magia del incienso, hierbas y aceites, Edicomunicación,
España, 1992. 16. Maquiavelo, Nicolás: La mandrágora, Fontamara, México, 1987. 17. Paracelso: Botánica oculta. Las plantas mágicas,
Kier, Argentina, 1975. 18. Saury, Alan: Las plantas fumables,
Mandala ediciones, 1980, España. 19. Schultes, R.E. y Hofmann, A.:
Plantas de los Dioses: orígenes del uso de los alucinógenos,
FCE, México, 1993. 20. Sédir,
Paul: Las plantas mágicas, Edicomunicaciones, Barcelona, 1991. 21.
Uyldert, Mellie: Esoterismo de las plantas, La tabla de
esmeralda, Edaf, España, 1982.
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