Peyote y San Pedro 
 

SEGUNDA PARTE: Hechos interesantes
El turbulento infinito de Henri Michaux / Las certeras apreciaciones de Octavio Paz respecto a la prohibición de los enteógenos / Las experiencias de Carlos Castaneda con "Mescalito" / Las experiencias de Ann Shulguin con peyote y Alexander Shulguin con mezcalina / Las expediciones de ecoturismo a la zona huichola o los "Peyote tours" / Las peregrinaciones de los "seudojipis de Coyoacán" a la zona de Real de Catorce

 
 

El turbulento infinito de Henri Michaux

En El infinito turbulento y otros libros que aún no han sido traducidos al español como Misérable miracle y Les grandes épreuves de l'espirit, el poeta belga Henri Michaux, relata sus experimentos con entéogenos. L'infini turbulent (1957) está casi enteramente dedicado a dar cuenta de sus excursiones psíquicas con diferentes dosis de mezcalina pura. Sobre sus efectos describe ingeniosamente:

Si, vueltos particularmente sensibles, captáramos, en lugar del la del diapasón, cada una de las cuatrocientas treintaicinco vibraciones dobles, que lo constituyen en apretado haz, habría más sensibilidad pero ya no oiríamos el la. Lo hubiésemos perdido. De este modo noto miles de unidades íntimas en las que no reconozco nada, aunque quizás su conjunto sea lo que se me antoja más habitual, más cotidiano, más corriente y quizá más mío. (16)

Michaux sufrió experiencias aterradoras y beatíficas que lo llevaron a asegurar que la mezcalina

contamina de ángel al hombre… provoca un estado absolutamente fuera de lo corriente, cuya experiencia sólo han conocido los místicos, esos drogados del ayuno, de las vigilias, de las oraciones prolongadas, agotadoras (aunque por eso mismo clarividentes) y unos cuantos locos, sin que ni unos ni otros hayan hablado totalmente, los primeros por discreción y miedo de causar daño atrayendo hacia lo que debe ser evitado, y los segundos por una insuficiencia de atención y de don verbal. (16)

Habida cuenta de sus experimentos, Michaux decidió otorgarle a la mezcalina los siguientes adjetivos "aceleradora, repetidora, agitadora, acentuadora, alteradora de todo sueño, interruptora, demostradora de la discontinuidad... corriente alterna."

   

Las certeras apreciaciones de Octavio Paz respecto a la prohibición de los enteógenos

El poeta y escritor mexicano Octavio Paz utilizó esta última descripción de Henry Michaux como título para una colección de ensayos en los que aborda el tema de las drogas visionarias: "Conocimiento, drogas, inspiración"; "Henri Michaux"; "Gracia, ascetismo, méritos"; "Paraísos"; y "El banquete y el ermitaño".

Justo en este último ensayo de Corriente alterna Paz resume certeramente el meollo del asunto respecto a la prohibición de los enteógenos:

Son un desafío a las ideas de actividad, utilidad, progreso, trabajo y demás nociones que justifican nuestro diario ir y venir. El alcoholismo es una infracción a las reglas sociales; todos la toleran porque es una violación que las confirma. Su caso es análogo al de la prostitución. Ni el borracho ni la prostituta ponen en duda las reglas que quebrantan. Sus actos son un disturbio, una alteración del orden, no una crítica. En cambio, el recurso a los alucinógenos implica una negación de los valores sociales y es una tentativa, quimérica sin duda, por escapar de este mundo y colocarse al margen de la sociedad. [...] Puede entenderse ahora la verdadera razón de la condenación y su severidad: la autoridad no obra como si reprimiese una práctica reprobable o un delito sino una disidencia. Puesto que es una disidencia que se propaga, la prohibición asume la forma de un combate contra un contagio del espíritu, contra una opinión. La autoridad manifiesta un celo ideológico: persigue una herejía, no un crimen. (18)

   

Las experiencias de Carlos Castaneda con "Mescalito"

En el verano de 1960, Carlos Castaneda, un estudiante de antropología de la Universaidad de los Ángeles California, aprovecha sus vacaciones en México para visitar el norte del país. Casteneda encuentra un chamán llamado Don Juan y a lo largo de aproximádamente diez años de experiencias comunes, escribe sus cuatro primeros libros que tienen un éxito comercial sin precedentes y provocan importantes polémicas culturales: The teachings of Don Juan (Laas enseñanzas de Don Juan), 1968; A separate reality (Una realidad aparte), 1971; Journey to Ixtlan (Viaje a ixtlán), 1972; y Tales of  power (Relatos de poder), 1974. La primera versión en español de los mismos la realiza el Fondo de Cultura Económica en México entre 1975 y 1976 e incluye un prólogo de Octavio Paz.

En el primer tomo, el joven antropólogo sale en busca de un informante y va a dar con un brujo que le propone iniciarse en el universo de la brujería, es decir, hacerse su discípulo. El antropólogo acepta sin renunciar a sus objetivos científicos. En este primer libro, al tiempo en que relata experiencias verdaderamente fantásticas, intenta analizarlas sistemáticamente desde su posición de observador exterior amurallado en la antropología. El libro causa un fuerte impacto, tanto en el campo de la antropología como en el de la psicología experimental encabezada en Harvard por Timothy Leary, misma que cobra una influencia capital entre los hippies de la época, quienes no casualmente se pretendían "indios-blancos" por oposición a sus progenitores beat, a los que se calificó de "negros-blancos".

El aprendiz de brujo o "guerrero", según la terminología que usa Castaneda, debe "aprender a ver", es decir, a ver otra realidad desbordando la limitada capacidad de la percepción cotidiana.

Para este fin entran en juego la serie de enteógenos por cuya experiencia debe pasar el guerrero iniciado: Concretamente, el peyote (Lophophora williamsi) a cuyo espíritu se alude como "Mezcalito"; la "yerba del diablo" o toloache (Datura inoxia); y el hongo llamado "Humito" (Psilocibe mexicana o alguna otra variedad de hongos psicoactivos).

 

De acuerdo con José Luis Jiménez-Frontín en su ensayo "El desafío de Carlos Castaneda", entre mayor sea la resistencia al abandono de la percepción ordinaria mayor será la cantidad de enteógenos necesaria para aprender la lección:

A mayor resistencia a la aceptación de las nuevas realidades desveladas por las nuevas percepciones de la experiencia alucinada, mayor será el número de dichas experiencias, necesarias para el desmoronamiento de las antiguas 'descripciones del mundo' del aprendiz. Un círculo vicioso en el que, como le ocurre a Castaneda, puede irrumpir el primer enemigo: el miedo. Pero pueden ocurrir también otras cosas: la ruina física o mental del aprendiz o su encadenamiento por adicción a este tipo de experiencias. Un auténtico círculo vicioso, porque nadie que no sea un auténtico 'guerrero' puede osar introducirse en el mundo al otro lado del espejo y salir indemne: Mescalito mata, destruye a los intrusos y arroja a los débiles a los submundos de la locura o de la esclavitud. Pero los auténticos guerreros son, precisamente, quienes menos necesidad tendrán de la reiteración de tales experiencias y menos riesgos correrán por tanto. ¡Luego no se trataba, en último extremo, de una mística alucinógena, una mística del juego de la experiencia por la experiencia! (14)

En efecto, tal como lo confirma el propio Don Juan, dicha ingestión no constituye un fin en sí misma, sino el medio más elemental y transitorio para que el iniciado pueda experimentar la alteración de las percepciones y, de ser posible, acceder a la vivencia de "la otra realidad". En este proceso, o "senda de sabiduría" hay cuatro enemigos que persiguen al iniciado o "guerrero": en primer lugar el miedo, miedo a la experiencia misma de la otra realidad y a la pérdida del antiguo ego, un miedo capaz de paralizar el proceso desde sus inicios; una vez superado este enemigo, aparece el poder, un poder que es real pero que debilita al que se deja atrapar en sus redes, al que se convierte en esclavo de sus propias artes (para Don Juan el brujo que practica la magia negra no es más que un pobre, miserable "aprendiz de brujo"); superada la tentación del poder, acecha el enemigo de la clarividencia, el más peligroso espejismo, sólo superable con humildad y más clarividencia; llega por fin el último y más peligroso enemigo: la vejez, la decrepitud, el debilitamiento, la tentación del abandono, la "jubilación" en suma.

Desde la óptica pedagógica de Don Juan, el consumo de enteógenos es un medio entre otros; no obstante, desde la óptica del consumidor hippie de los sesenta se le ve como el único medio posible y, sin contexto alguno, se busca en la experiencia reiterada el sentido mismo de la existencia. Para muchas personas esto es visto como una profanación, para Jiménez-Fortín, más que profanación, se trata de una "adoración del sacramento".

En el segundo tomo, Una realidad aparte, Castaneda empieza a perfilar su ruptura con la antropología. Abandona definitivamente su papel de observador externo y esta vez narra sus experiencias desde la pura óptica de la experiencia personal; proceso que lleva hasta sus últimas consecuencias en los siguientes volúmenes. La reacción de los antropólogos es fulminantemente negativa y para desconcierto de la mística hippie, en los dos últimos libros, Castaneda rompe con la experimentación enteogénica para adentrarse cada vez en mayores complejidades. Sus narraciones dejan cada vez más claro que se trata de un proceso sin fin en el que las plantas sagradas son sólo un primer peldaño.

   

Las experiencias de Ann Shulguin con peyote y Alexander Shulguin con mezcalina

En los voluminosos libros PHIKAL y THIKAL, escritos por los esposos Shulguin, Alexander que es químico, enseña cómo sintetizar varias drogas psicoactivas, muchas de las cuales ha diseñado él mismo, y su esposa Ann que es terapeuta, enseña cómo utilizar algunas estas drogas en el contexto de la psicoterapia. Asimismo ambos exponen sus experiencias personales con distintas drogas y refieren muchas anécdotas interesantes relacionadas con el uso apropiado de las mismas (ver más al respecto en Cartografía de la experiencia psicoactiva).

 

La primera sustancia psicoactiva que ambos probaron, antes de conocerse, fue la mezcalina. Alexander en forma pura y Ann contenida en botones de peyote. Por caprichos de la sincronicidad, fue el mismo psicólogo, Sam Golding, quien le facilitó a Alexander la mezcalina y a Ann los botones de peyote y asistió a ambos en sus respectivos viajes varios años antes de que ellos se conocieran.

En abril de 1960, después de leer los trabajos del antropólogo Weston la Barre acerca del culto del peyote en México, algunos artículos técnicos respecto a la mezcalina y los libros de Huxley y Michaux, Alexander Shulguin tomó 400 miligramos de sulfato de mezcalina, mismos que según él, cambiarían el curso de su vida. En las páginas de PIHKAL relata este primer viaje:

[...] la esencia de la experiencia fue esta: Vi un mundo que se presentaba a sí mismo en múltiples disfraces. Estaba maravillado con el color que, para mí, no tenía precedente, ya que nunca había estado particularmente interesado en el mundo del color. El arcoiris siempre me había proveído de todos los tonos a los que podía responder. Aquí, de pronto, tuve cientos de matices de color que eran nuevos para mí, y los cuales nunca, incluso hoy día, he olvidado.

Este mundo era maravilloso también en su detalle. Podía ver las estructuras íntimas de una abeja metiendo algo en un saco de su pata trasera para llevárselo a su panal y estaba completamente en paz con la cercanía de la abeja a mi cara.

El mundo era una maravilla de penetraciones psicológicas interpretativas [...] Más que cualquier otra cosa, el mundo me sorprendía en todo lo que veía, como si fuese un niño [...] Como la piedra de toque que trae a la memoria la presencia de un sueño, esta experiencia reafirmó un milagro de excitación que había conocido en mi niñez pero que presurosamente olvidé.

La más imponente percepción de ese día fue que esta sorprendente remembranza hubiese sido traida por una fracción de un gramo de un sólido blanco, y sin embargo, de ninguna manera se podía argumentar que estos recuerdos hayan estado contenidos dentro del sólido blanco. Todo lo que había recordado vino de las profundidades de mi memoria y de mi psique.

Entendí que nuestro universo entero está contenido en la mente y en el espíritu. Podemos escoger no tener acceso a ello, podemos incluso negar su existencia, pero de hecho está adentro de nosotros, y hay químicos que pueden catalizar su disponibilidad.

Ahora es materia de historia que decidí dedicar devotamente todas las energías y habilidades que pudiera poseer para develar la naturaleza de esas herramientas de auto-exposición. Se ha dicho que la sabiduría es la habilidad de entender a otros; es el entendimiento de uno mismo lo que es la iluminación.

Había encontrado mi camino de aprendizaje. (23)

Alexander Shulguin se dedicó a partir de entonces a estudiar, sintetizar y probar principalmente sustancias cuya estructura química es similar a la mezcalina y la amfetamina, las llamadas feniletilaminas. El título de su primer libro PHIKAL, es un acrónimo de Fentilaminas que He Conocido y Amado (Phenethylamines I Have Known And Love) y THIKAL de Triptaminas.

Por su parte, Ann Shulguin relata que cuando el psicólogo Sam Goldwing le preguntó qué droga le gustaría probar como introducción al mundo de los psiquedélicos, también a principios de la década de los sesenta, ella penso:

Ya que había leído el bello recuento de Huxley acerca de su experimento con mezcalina, así como la amarga historia de Andre Michaux, le dije a Sam que me parecía que el cactus del peyote, ya que después de todo había sido usada durante siglos por miles de personas, lo cual que era un antecedente bastante impresionante, y realmente me encantaría probar. Añadí que no estaba segura acerca de las diferencias entre la mezcalina contenida en el peyote y la mezcalina sintetizada en el laboratorio, pero estaba lista para tomar cualquiera que pudiera conseguir. (23)

Sam consiguió 14 botones de peyote, así es que Ann y él tomaron 7 botones cada uno, pulverizados y mezclados con jugo de naranja. Su viaje inició cuando ella comenzó a ver un halo de luz alrededor de los muebles de su habitación en California, Estados Unidos. Luego ambos salieron a caminar hacia un parque, visitaron un acuario, el planetario, un jardín japonés y por último un restaurante italiano antes de regresar a casa de Ann. Este es un extracto de su largo y detallado recuento que he traducido para compartirlo aquí porque me parece fascinante:

Tenía una certeza absoluta de que lo que iba a ocurrir este día iba a cambiar mi vida de forma que ni siquiera podía comenzar a imaginar. Y sabía que estaba lista. [...] me miré en el espejo [...] Pensé para mí misma con la sensaciónde haber tropezado con algo verdaderamente importante: este es un buen ser humano; esta persona a la que estoy viendo es un tesoro. Todos sus fallos y fracasos no le quitan su calidez y su habilidad de preocuparse y amar, allí está. Vi los ojos reflejados a punto de llorar, y sentí un estallido de admiración por tal simpatía hacia mí misma. [...] no estoy exactamente acostumbrada a so. Supongo que la mayoría de las personas no lo están.
[...] Estaba mirando alrededor mientras caminaba por la acera, los edificios, los postes de luz; todo parecía emitir una luz sutil. Pasamos por un pequeño jardín en el cual los pequeños arbustos parecían presentarse a sí mismos, reclamando nuestra atención, nuestro reconocimiento. Les sonreí y les dije Hola [... ] unas cuadras despuésme di cuenta de que estaba caminando con pasos largos fácil y rítmicamente, y de alguna manera encajaba con todo alrededor de mí. Me estaba sintiendo completamente a tono, y todo lo que veía [...] era música. Al ser quienes somos, al sentir lo que sentimos, al movernos como nos movemos, todos estamos creando una silenciosa música [...]

Vi -con ojos de Van Gog- energía moviéndose hacia arriba del tronco [de un roble] por cada rama, estallando en pequeñas explosiones en forma de hojas; un árbol masivamente quieto y aún así vivo, en movimiento continuo, urgente. Supe que lo que estaba viendo era real; sólo había olvidado cómo verlo. [...] Levanté mi mano derecha inmovilizada de asombro. Era mi querida, fuerte mano cuadradaa de pianista que estoy acostumbrada a ver, pero su superficie entera era una masa de infinitos pequeños puntos en un movimiento increíblemente rápido. Supe lo que estaba viendo [...] Todo es energía, energía que asume formas de hierbas y conejos y cuerpos humanos y rocas, pero nos movemos en un mundo que hemos aprendido a ver estable, quieto, sólido. Me pregunté ¿a qué edad comenzamos a desenfocar este otro nivel de realidad? Debe ser muy temprano.

"¿Te importaría compartir algunos pensamientos?" me di cuenta de que Sam estaba siendo muy considerado, queriendo saber lo que estaba pasando, y aún así determinado a no entrometerse más de lo necesario. Sentí una oleada de calidez por este querido, obstinado, brillante rebelde, este hombre tan extraño, que se había tomado tantas molestias para abrir estas puertas para mí. Lo miré a los ojos y dije, "Gracias Sam. Muchas gracias por darme este día." Él pestañeó, se frotó vigorosamente la naríz, murmurando que el día todavía no se acababa; que aún faltaba mucho.

[...] Una certeza se esparció desde las plantas de mis pies, hacia mis piernas y el resto de mí, que la Tierra en la que estaba caminando es en realidad un cuerpo, un cuerpo vivo, que es una cosa sensitiva, con algún tipo de conciencia que aún no podía comprender, y que verdaderamente era La Madre. [...] Surgió en mí entonces la certeza de que toda la vida en este planeta está conectada en algún nivel inconciente; que cualquier cosa que sea sentida por cada uno de nosotros, la experimenta, de alguna manera que no puedo definir, todo lo demás que vive.

[...] recordé algunas frases que he leído en libros y artículos acerca de experiencias psiquedélicas, frases como "Todo está bien tal como está", y otras igualmente enfurecedoras, "Yo estoy bien, tú estás bien", que siempre me habían sonado insoportablemente fatuas y auto-satisfactorias. Frecuentemente pensaba enojada que los autores se habían olvidado convenientemente de los bebés en los botes de basura de Calcuta, la pena, el dolor, la soledad y el resto del planeta lleno de miserias. [...] Ahora - ahora tenía que retirar todo aquello, todo ese resentimiento, porque estaba comenzando a entender. [...] supe que todo en el mundo estaba haciendo exactamente lo que se suponía que debía estar haciendo; que el universo estaba en curso, y que había una Mente en algún lugar que sabía todo lo que pasaba porque era todo lo que estaba pasando, y que, ya sea que yo lo entendiera con mi intelecto o no, todo estaba bien. Simplemente lo sabía y sabía que trataría de comprenderlo más tarde, pero que ahora tenía que absorber la verdad acerca de eso...

[...] Sabía que podía entonarme con cualquiera que pudiera ver: todo lo que tenía que hacer era alcanzar con mi mente a una persona en particular y abrirme por dentro, para que lo que ellos eran y lo que ellos sentían pudiera alcanzarme. Soólo tenía que estar abierta, sin hacer ninguna evaluación o juicio, para experimentar ansiedad, cansancio, impaciencia, o contento.

Me examiné a mí misma y sentí mi cuerpo tarareando de nuevo y supe que enmedio de mi pecho había un radiante centro de energía, y otro justo arriba de mi ombligo, y que probablemente eran lo que los maestros espirituales de la India llamaban chakras. No podía recordar cuantos se supone que eran; cinco o siete, tal vez. De cualquier manera ciertamente estaba conciente de dos de ellos. [...]

Mi espina dorsal entera había sido activada; era un canal vivo de energía moviéndose entre la corona de mi cabeza y la base de mi espina. La intensidad era casi intolerable. Conforme continúe bajando por el lodozo camino, la carga de energía en mi espalda pareció transformarse de alguna manera, y me di cuenta de que estaba sintiendo algo por todo mi cuerpo que, si lo hubiese experimentado en mis genitales, podría haber sido reconocible como un orgasmo. No estaba confinado a los genitales para nada, pero ciertamente era un orgasmo que subía y bajaba por la espina, lo sentía en el pecho y estómago y piernas, en la cabeza, la garganta y vejiga. Estaba caminando sola como una persona ordinaria, experimentando el orgasmo total sin tener los ojos cerrados, sin ninguna pérdida de control o habilidad para pensar [...] La energía orgásmica continuó fluyendo a través de mí, cuerpo y mente. Noté que estaba en completo control de lo que decía, lo que hacía, y no podía recordar ningún momento en mi vida en el que mi proceso de pensamiento hubiera sido más agudo o más claro. Tenía absoluta confianza en mi propio juicio. [...]

El estado orgásmico estaba desvaneciéndose dulce y gradualmente, hasta un nivel de energía con menor presión y menor intencidad de la que había tenido antes. Existía y me movía en un campo de luz, y había un flujo estable, como una nota musical continua, por debajo, que sólo podía ser llamada éxtasis -una conexión con aquel aspecto de la Gran Mente, el Gran Espíritu, que era amor y felicidad y sonriente afirmación. [...] me senté en mi cama y lloré. Pensé en todo aquello por lo que había pasado, todo el dolor y la penalidades, toda la soledad y los sitios oscuros- todos ellos quedaban balanceados, pagados, contestados por este solo, extraordinario, bendito día.

Fui a mi librero, encontré Las puertas de la percepción de Huxley y, en el íntimo silencio de las primeras horas de la mañana, lo releí y lloré de nuevo, enviando amor y gratitud al autor por haber encontrado las palabras. Después apagué la lámpara y miré a través de la oscuridad aquella bella, divertida, tremendamente amorosa parte de Dios que era, le agradecí con todo mi ser, y me quedé dormida. (23)

Ann Shulguin retomó sus experimentaciones con psicoactivos varios años después y se convirtió en una eficaz terapeuta con la ayuda de psicoactivos como MDMA, 2-CB y su querida mezcalina, hasta que la prohibición y su necesidad de escribir acerca de sus experiencias la obligaron a tomar un descanso (ver más al respecto en Espiritualidad y terapias).

   

Las expediciones de ecoturismo a la zona huichola o los "Peyote tours"

En la década de 1980-1990 se podía encontrar en revistas como Magical Blend Magazine y Shaman's drum, anuncios de compañías de "ecoturismo" que ofrecían visitas a los "lugares de poder" huicholes y estudios de "avanzadas técnicas chamánicas de curación" con chamanes huicholes. En el número de otoño de 1986 de la revista Shaman's drum había tres anuncios de "peyote tours", y también había una carta a los directores de la revista escrita por la señora Valadez, artista y esposa de un huichol, quien se quejaba de que los occidentales que participaban en estos viajes ponían en peligro a los huicholes que los guiaban, ya que los soldados que patruyan el desierto podían verlos en compañía de "americanos", y ellos no saben nada acerca de las "búsquedas espirituales" y creen que los extranjeros vienen aquí por "droga" y acusan a los huicholes de vender drogas a los "jipis gringos", poniendo en peligro la subsistencia de sus rituales y tradiciones en el desierto. (17)

Preocupado por estas cuestiones, pero también por el peligro de extinción del peyote cuyo crecimiento es tan lento, Jonathan Ott expone en su Pharmacoteon:

Debido a que el péyotl tiene un rango tan restringido, y el cactus requiere más de una década para madurar, el abastecimiento es naturalmente limitado. Debido al CITES [Convenio del registro internacional de especies en peligro de extinción] es ilegal traficar con cualquier especie de cactus silvestre, aunque la venta de material cultivado está permitida. [...] Sugiero que la "Native American Peyote Church" y la "Peyote Way Church of God" establezcan jardines de Trichocereus peruvianus en los Estados Unidos, como medio de asegurar un abastecimiento renovable, seguro y continuo de cactus sacramental para sus ritos, y quitar así la presión de la extinción de los remanentes silvestres del cactus peyótl en Texas. Tal vez los chamanes sudamericanos del San Pedro pudieran ser invitados a asistir en una integración sintética de las mitologías del San Pedro y el péyotl. (17)

Las peregrinaciones de los "seudojipis de Coyoacán" a la zona de Real de Catorce

En la ciudad de San Luis habitan varios etnólogos y antropólogos dedicados al estudio de los coras y los huicholes que están bastante preocupados por la supervivencia de sus costumbres. Entre ellos, el antropólogo Joaquín Muñoz a quien entrevisté en 1997 en la Ciudad de San Luis Potosí, México. Él cree que los principales depredadores del peyote que crece en la Sierra Potosina no son los huicholes y mucho menos los venados, sino "los seudojipis de Coyoacán"; esto es para él: jóvenes habitante de la zona metropolitana de la Ciudad de México "que sin ningún respeto o conocimiento sobre las tradiciones de los huicholes, vienen a meterse peyote sólo para ver qué se siente".

A pesar de ello admite que el cacto aún no está en peligro de extinción porque "el peyote sabe como protegerse a sí mismo: crece en manchas [o sea en grandes conjuntos] y se esconde al abrigo de plantas espinosas que lo protegen de las miradas de todos sus depredadores." Muñoz reconoce además que si bien es cierto que en la zona cercana a Wirikuta ya no hay peyote que depredar, debido al "fenómeno del seudojipi coyoacanense que organiza peregrinaciones a Real de Catorce", las manchas han ido emigrando hacia lugares menos accesibles cuya ubicación exacta no quiso proporcionar para evitar la proliferación del mencionado fenómeno.

Los jóvenes capitalinos que con o sin conocimiento respecto a las tradiciones indígenas se atreven a traspasar la Huasteca Potosina en pos de una experiencia psicoactiva, sufren -además del menosprecio de los antropólogos- la intimidación y la extorsión del personal judicial parapetado en los múltiples retenes que hay en el corredor San Luis-Real de Catorce.

 

 

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