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De a cuerdo al investigador David Mustto, tan horribles parecieron al público los efectos de la cocaína, que sus supuestas consecuencias llegaron a ser el extremo con el cual podían compararse las otras drogas. (22) Esta asociación entre la cocaína y la criminalidad atribuida a la población negra hizo que las leyes en su contra fueran bien recibidas. En 1912 se aprueba en los Estados Unidos la Ley Harrison que regula la inscripción administrativa de fabricantes y dispensadores de cocaína y otros psicofármacos, previendo sanciones para su incumplimiento. |
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Ese mismo año, durante la Conferencia
de La Haya, se limita a "usos médicos y legítimos" tanto la
cocaína como cualquier otro nuevo derivado "que pudiera dar lugar
a abusos análogos". En ausencia de Perú, Bolivia y Colombia (países
productores de coca),
los gobiernos de Estados Unidos, Alemania, Portugal, Holanda, Japón,
Rusia, China e Italia (países en los que se fabrican los llamados precursores:
componentes químicos para extraer cocaína y otras drogas), adquieren
el compromiso de examinar la posibilidad de dictar leyes o reglamentos
que castiguen el cultivo ilegal de coca y la posesión ilegal de cocaína.
Para el investigador James A. Incardi, la historia indica también que la cocaína fue condenada por la clase médica, no en base a pruebas sobre su supuesta peligrosidad para la salud, sino porque amenazaba el privilegio tradicional del médico de dar y prohibir medicamentos. (19) Lo que sin duda resulta evidente es que la imagen del negro cocainómano, colaboró para afianzar la imagen del médico como benefactor público que había empañado una droga milagrosa que hacía sentir bien a la gente y cuya prescripción ponía al médico y al boticario en competencia directa con el vinatero y el tendero que podían ofrecerla libremente y sin receta médica. |
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Muy de acuerdo con las prácticas
de la medicina moderna, poco después de la prohibición de la cocaína,
la comunidad médica estadounidense comenzó a patrocinar una nueva droga
para sentirse bien, las anfetaminas, sintéticas, comerciables y bien
controladas por la industria farmacéutica; y también una de las sustancias
químicas más peligrosas desde que Alfred Nobel nos legó la dinamita.
Coincidiendo con la crisis económica
de los países productores, a partir de los ochenta la cocaína se convierte
en la droga más popular entre los estratos altos y medios de prácticamente
todas las zonas urbanas e industrializadas de Occidente; principalmente
en los Estados Unidos. Oficialmente se calcula que dentro de la Unión
Americana 20 millones de personas la han probado, 5 millones son consumidores
habituales (una vez al mes mínimo), y medio millón tienen una "profunda
dependencia" a la cocaína. (23)
La popularidad de esta droga
en Estados Unidos puede muy bien estar en función del hecho de que la
cocaína, más que ninguna otra droga, puede ser utilizada para reforzar
los valores imperantes en esa sociedad: el espíritu de iniciativa, el
empuje, el optimismo, la necesidad de triunfar, mantener un estatus
competitivo y la sed de poder. Todas estas características, también
son en parte aplicables a los traficantes ilegales de cocaína que llevan
a cabos su trabajo dentro y fuera del territorio norteamericano para
mantener el abastecimiento requerido por esos más de 5 millones y medio
de consumidores.
A continuación reproduzco un
estracto del relato de Charles Nicholl en su libro La ruta de la coca, acerca
de la situación de Colombia con respecto a la producción y tráfico
de cocaína:
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Ahora el comercio tiende a salir directamente del campo por avión, desde las plantas de procesamiento en el sur hacia los puntos de exportación en el norte, sin necesidad de que pase por Bogotá. El resto de la cocaína que no se produce y/o se refina en Colombia, se refina en Chile, en el norte de Argentina o en México y se embarca en los puertos del pacífico. La principal puerta de entrada a los EU es la Florida. Desde allí la distribuyen al resto del país los grupos de cubanos exiliados, la tradicional mafia de origen Italiano y las emergentes bandas de estadounidenses. El tráfico es tan fácil como arrojar la droga al mar cerca de las costas, antes de pasar por las revisiones aduanales y hacer que la busquen después los buceadores.
La verdad es que un kilo de cocaína vale más o menos lo que tres cargamentos de marihuana y puede esconderse en una pequeña bolsa de viaje. Las llamadas "mulas" o "camellos" que atraviesan las fronteras con pocas cantidades de droga son sólo la punta del iceberg. Ya casi no quedan bandas locales con conexiones en Centroamérica, ahora hay corporaciones transnacionales. Se trata de la "integración vertical" de los economistas: un aparato que controla todas las fases de la operación, desde el producto en bruto hasta el consumidor final, eliminando los intermediarios, o al menos poniéndolos a sueldo y reteniendo sus antiguos beneficios. Sigue habiendo miles de personas implicados en el tráfico de droga, pero el negocio, en conjunto, está controlado en último término por gigantescos cárteles tipo mafia. Éstos disponen de las grandes plantas de producción en el sur de Colombia, sobre todo en los departamentos deshabitados del sudeste cerca de la cuenca del Amazonas. Allí procesan la cocaína, ya sea a partir de pasta contrabandeada de Perú y Bolivia, o bien producida en sus propias plantaciones de coca. Tienen pequeños ejércitos privados que vigilan las plantas. Muchos de estos cárteles han sellado una alianza con facciones de la guerrilla colombiana, con el Movimiento 19 y con las FARC. Pagan dinero y armas a la guerrilla a cambio de protección. La coca procesada se transporta al norte en aviones privados en volúmenes de centenares de kilos por vez, a los desembarcaderos y a los campos de aterrizaje en la costa del Caribe. Allí se traslada el cargamento a otro avión o barco y prosigue su camino hacia Estados Unidos. Una vez en Florida, el mecanismo sigue en marcha. Ha habido una larga lucha entre cubanos, colombianos, mexicanos y estadounidenses por le control de la red de venta. Ahora quien sea que vaya ganando tiene en marcha todo un sistema alimentado por los narcodólares. Cuenta con lo último en tecnología, vigilancia electrónica, conexiones por computadora, helicópteros, armas, etc. Y dispone también de personas coptadas a lo largo del circuito: policías y agentes aduanales, representantes en los principales puertos y aereopuertos, agencias de viaje y corredores inmobiliarios, así como un brutal ejército de pistoleros que apuntalan toda la operación.
Colombia vive básicamente de las exportaciones lícitas de café, de las lícitas e ilícitas de esmeraldas y de las ilícitas de cocaína y marihuana. Aunque buena parte del dinero procedente la droga no regresa a Colombia, pues se queda en la Florida y en distintas cuentas de Nassau, Curaçao, Panamá, las Caimanes, etc., cerca de una tercera parte sí regresa al país. Allí no sólo sirve para sostener la fantástica opulencia de los capos de la droga, sino la corrupción de policías, jueces y gobernantes, introduciéndose en casi todos los negocios legales, aumentando el crecimiento de las disposiciones fiduciarias nacionales, y aumentando por tanto el índice inflacionario.
Hay otros efectos colaterales en la economía, en primer ligar, al dinero que Estados Unidos destina bajo presión para contrarrestar la fuerza del narcotráfico; en segundo lugar el aumento en las importaciones de alimentos debido a que las plantaciones de coca y marihuana utilizan las tierras de labor; y por último, hay una pérdida de beneficios obtenidos por el turismo en virtud de la mala fama de Colombia como tierra de gángsters.
El influjo del dinero procedente del narcotráfico sobre la economía nacional actúa como la cocaína misma: a corto plazo les fortalece, pero a la larga los destruye. La participación de aviones y buques del ejército así como de líneas aéreas nacionales así como el uso de la valija diplomática, son por desgracia cosas bien documentadas. Una eventual retirada del capital de los capos de los bancos y los negocios del país, ocasionaría un caos económico, la lista completa de la nómina que sostienen entre administradores públicos y funcionarios del ejército y el sistema judicíal, haría añicos al país, y además de todo, las redes de narcotraficantes tienen suficientes armas, transportes y recursos humanos para iniciar otra guerra civil en el país. (23)
Este mismo esquema es bastante
similar, aunque la intensidad sea menor, en todos los territorios intermedios
entre Bolivia y Estados Unidos. Con la prohibición de la coca
a cuestas y los problemas derivados del enfrentamiento entre campesinos,
guerrilleros, narcotraficantes y autoridades, siendo presidente del
Perú, Alan García exigió en un estudio llamado El
negocio más rentable de Estados Unidos, que se abandonara la condena
cultural a la coca,
y que se entienda la diferencia entre coca
y cocaína "puesto que la planta es una fuente de remedios para
diversas enfermedades, además de un estimulante positivo para la población
andina, así como una alternativa para la humanidad necesitada precisamente
de estimulantes como té,
café, etcétera."
(11)
Años más tarde, tanto las naciones
productoras como las llamadas regiones de tráfico (México y Guatemala),
continúan demandando al gobierno del mayor país consumidor (Estados
Unidos) que los esfuerzos de interdicción se extiendan hacia los precursores
químicos y que la estrategia de la guerra contra la cocaína se enfoque
hacia la eliminación de la demanda para terminar con la producción y
el tráfico, y no al revés como ha venido haciendo tan infructuosa como
hipócritamente el imperio norteamericano.
El nexo entre la policía judicial mexicana
y la distribución de cocaína base en la frontera entre México y Estados
Unidos
Cuando entrevisté a X, cuyas opiniones respecto a los efectos subjetivos
de la cocaína y la base he citado anteriormente, también me comentó
cosas sorprendentes que me confirmaron de primera mano la relación directa
que existe, o al menos existió durante la década de los noventa entre
la policía judicial mexicana y la distribución de cocaína base en la
frontera entre México y Estados Unidos.
Hablando sobre el efecto de la cocaína en base X dice que "una
piedrita de un gramo, dura como unas 10 fumadas y ya, se acabó, y dices:
'I need one more cookie', porque también les llaman cookies
a las piedras..."
Uta, de lo peor que te puedas imaginar en loqueras así de... extremas, las llegué a hacer por tener hasta 100 dólares de base, cuando compraba pura base o de cocaína, depende con quién estuviera comprando. El caso está en que tal fue el grado de adicción que hasta llegamos a asaltar en un centro comercial.
A mí me tocó asaltar un stand de fotografía, a otro amigo le tocó la farmacia, pero fuimos en grupo. En carro, porque íbamos... no digo nombres ni nada porque aparte esto ya pasó hace un ratote, ¿no? Pero estuve con judiciales, pero de la banda, que eran los que nos hicieron el paro, por eso fue tanta la decisión y tanto tomar el arma de ellos. Ellos nos esperaron en el carro mientras atracamos el centro comercial. Pero es loquísimo porque cuando estás en esos instantes, bueno al menos yo, tenía la conciencia plena de estar cagándola y estar cargándome de karma, y que yo no soy así, entonces... pero la adrenalina de esos momentos, y la necesidad física de la adicción, y psicológica ya implantada al 100, me hacían hacer eso.
Y lo entendía, y lo razonaba, y lo super... puta... pero seguía yo ahí. Y pensaba tan fácil que sería en uno de ésos momentos decir bájenme del carro, bajarme y agarrar un autobús a otra ciudad, rehacer mi vida... Y así me pasó con este rollo de dejar la base, fue decisivo igual que con la cocaína, fue cosa de pensar bueno ya, ya qué onda, y fue así de salirme y tomar el autobús, regresar a la Paz y otro pedo. De ahí a Guadalajara volé y ya empecé el recorrido para arriba y volví a ir al desierto, y te estoy hablando de ya había pasado por esa etapa, y la pasé así como todo... (ir a la entrevista completa)
Este
relato de mi amigo X me gusta porque demuestra una creencia que yo tengo
con respecto a cualquier tipo de adicciones: que es totalmente posible
dejarlas de un día para otro, que todo lo que se requiere es un momento
de decisión en el que tu voluntad unificada te dé el impulso necesario
para salir de la situación. También me confirma que lo mejor y más recomendable
es abandonar por completo el ambiente de consumo y comenzar de nuevo,
en otro entorno y en otras circunstancias que no te den la oportunidad
de recaer en los patrones negativos que te llevaron y te mantuvieron
en el círculo de la adicción.
En la actualidad diversos chamanes de la zona andina utilizan las hojas de coca como un oráculo para aconsejar a quienes los consultan y como una ofrenda ritual hacia la Pachamama, la madre Tierra. Parece ser que en la antigüedad, los incas utilizaban las hojas de la planta de la coca de una manera cuyo conocimiento hoy se ha perdido. Durante una entrevista que le hice a Juan Ruiz Naupari, un chamán nacido en Perú bajo cuya guía trabajo con la ayahuasca, me dijo que la coca es una planta de poder que "se cerró". Estas son sus apreciaciones:
Las llamadas plantas de poder o plantas Maestras, que en el desarrollo de la evolución, son plantas más evolucionadas, son grandes adiestradoras o adiestradores de lo que es la mente y la conexión con el espíritu. Tienen una misión específica. La coca es una de ellas. De hecho yo he intentado investigar secretos de la coca y no lo he logrado, parece que la hoja de la coca se cerró.
Es decir, es como una niña traumatizada cuando intentaron violarla. Ya no accede a un nuevo amor, entonces de hecho, la hoja de la coca tiene muchos secretos que no se conocen. Es un gran oráculo, se trabaja en los rituales con sus hojas, se come para tener energía para las grandes caminatas en los andes, pero... Otros secretos que pueden ser tan evidentes como la ingesta de la ayahuasca donde tú puedes asistir a los pocos minutos a una ampliación extraordinaria de la conciencia, la hoja de la coca no. No se presta ahora para ese tipo de situaciones. De hecho nosotros le decimos señorita, en quechua es quintuchita, porque es una señorita y creo que la violaron. Pero la ayahuasca no, como es una abuela, quién quiere a la abuela, no es apetecible para los ignorantes ilustrados. (ir a la entrevista completa)
Los efectos
de la cocaína en el campo energético humano
Barbara Ann Brennan se doctoró en física atmosférica y trabajó como
investigadora en la NASA. Durante los últimos quince años se ha
dedicado a estudiar el campo de la energía humana y a practicar
la terapia bioenergética. Es autora de dos libros, Manos que
curan y Hágase la luz, que se han convertido en pilares
tanto de la nueva medicina como de la literatura New Age. Barbara ha comenzado a demostrar científicamente la existencia de lo
que los antiguos textos místicos y esotéricos llamaban el aura
humana, mismo que ella denomina el Campo Energético Humano
(CEH). |
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Gracias a sus observaciones, que por cierto coinciden con las de otras
personas capaces de ver el aura, ha descubierto que las ideas y las
emociones asociadas a dichas ideas presentan determinadas configuraciones
específicas en el campo energético del ser humano.
Según explica, los problemas psicológicos y emocionales se manifiestan
en el CEH como bloques oscuros o configuraciones aurales de diversos
tonos turbios vinculados con el tipo de emociones que se hallen en conflicto,
y cuyo origen está en las ideas negativas que mantenga una persona en
un momento dado. Si estas configuraciones persisten en el CEH sin resolverse,
tarde o temprano ocasionan una manifestación en el cuerpo físico de
la persona causando una enfermedad.
De igual forma, Barbara ha podido observar con su elevada percepción
sensorial (EPS) que la utilización de fármacos ocasiona cambios significativos
en el CEH.
En el caso concreto de los psicoactivos, las observaciones de Barbara
confirma lo mismo que sostengo yo en la presentación
y las conclusiones
de Las drogas tal cual...
que su utilización puede ayudar o perjudicar a las personas
dependiendo de quién, cómo, cuándo y bajo qué circunstancias las utilice.
De acuerdo a sus observaciones, las personas que se benefician presentan
determinadas configuraciones aurales sobre las que ciertos fármacos
específicos pueden incidir de manera positiva movilizando la energía
y ayudando a deshacer los bloqueos.
Sin embargo señala que la enorme mayoría de las veces los psicoactivos
sólo "ensucian" el CEH y contribuyen a dificultar la resolución
de los problemas personales de los usuarios añadiendo más confusión
a sus ya de por sí enfermos campos energéticos. Barbara asegura que
en especial:
Las drogas como el LSD, la marihuana, la cocaína y el alcohol son perjudiciales para los brillantes y saludables colores del aura y crean un "moco etéreo", como sucede con la enfermedad.
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Barbara postula que el origen de toda enfermedad emana de la creencia
de que cada uno de nosotros es un ente separado de los demás y separado
de Dios. Dice que esta creencia se experimenta como miedo, del cual
surgen todas las demás emociones negativas. Y una vez que hemos dado
lugar a estas emociones negativas nos separamos de ellas encapsulándolas
en bloques energéticos y configuraciones aurales negativas:
Este proceso de separación se perpetúa creando más dolor e ilusión, hasta que el ciclo de retroalimentación negativa se rompe o se invierte mediante un proceso de trabajo personal... La clave para romper este círculo vicioso reside en el amor y la conexión con todo cuanto existe... El amor es la experiencia de estar conectado a Dios y a todo lo demás... Cuando estamos conectados, nos sentimos y estamos totalmente seguros y libres. (6)
Los efectos de la cocaína en el sistema de chakras
Donna Cunningham tenía varios años trabajando como terapeuta especializada adicciones cuando entró en contacto con Andrew Ramer, un sanador y canalizador con quien colaboró para escribir dos libros: The spiritual dimensions of healing addictions (27) y Further dimensions of healing addictions (28).
En el primer libro sostienen que por lo general, los seres humanos caemos en la adicción cuando perdemos de vista o no queremos realizar nuestra "visión", o sea: "nuestra habilidad de percibir y participar en la realidad más amplia, reteniendo un recuerdo, aunque sea débil, de nuestro Ser Superior y de las tareas y propósitos de nuestra vida" (27). En el segundo libro explican con claridad cómo se utilizaban antiguamente los distintos psicoactivos, a los que ellos llaman "herramientas de poder", para recuperar y apoyar nuestra visión; y como es que, al perder ese conocimiento, actualmente abusamos de estas mismas herramientas y nos destruimos con ellas en lugar de utilizarlas en nuestro beneficio. |
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En Further dimensions of healing addictions, entre otras muchas cosas interesantes, nos explican cuáles son los efectos que tienen las principales sustancias adictivas sobre el campo energético humano, concretamente sobre el sistema de chakras.
En el caso de la cocaína, Danna y Andrew aseguran que produce efectos esencialmente en el chakra raíz y en el tercer ojo, concetándolos, creando visiones realistas de transformación y crecimiento:
Aseguran que la coca ha sido cultivada durante cientos de años en las tierras altas de las montañas de los Andes, donde existe una utilidad fisiológica para su consumo. Es una herramienta de poder que permite aclimatarse y suibsistir a las personas que viven en el ambiente enrarecido de tan altas tierras. Dicen que antiguamente también se utilizaba como una herramienta para expandir la visión ya que "parte de la función de la cocaína es enlazar los chakras inferiores con los superiores en nuevos patrones de estar en el mundo con armonía" Sin embargo:
El producto de extremas altitudes en remotas regiones del mundo ahora es usado por personas que tratan de aclimatarse a las rarificadas atmósferas en las que viven, Lejos de sus raíces, lejos de las expectativas culturales normales con las que han crecido, se encuentran a sí mismos en la cina de sus carreras o de altos edificios en Wall Street. O aún cuando no se encuentran en tales posiciones rarificadas, aspiran a ellas...
¿Te gusta la cocaína? Probablemente eres muy creativo y no sabes qué hacer con tanta creatividad. Probablemente estás atascado en una situación de vida que sabes que no es para ti, pero no sabes cómo salir de ella. O estás en una situación que ha sido expansiva y te ha traído crecimiento pero ahora sientes la presión para permanecer allí, creciendo, expandiéndote...
¿Te preocupas de cuánta cocaína estás usando? ¿Te preguntas a ti mismo si realmente es mucha? ¿Estás teniendo cambios frecuentes de humor y periodos de irritabilidad? ¿La necesitas para ir de fiesta? ¿Puedes limitar qué tanta utilizas? ¿La usas solo? ¿estás mintiendo acerca de ella o gastando más dinero del que puedes ganar? Si has contestado que sí a alguna de estas preguntas, tienes un problema con la cocaína. ¿Ya lo sabes y aún así aún así encuentras que no puedes parar, mientras ves cómo sufren tu trabajo y tus relaciones? Este es un problema común con la cocaína. Puedes ver claramente todo lo que está pasando -es una herramienta que expande la visión- y aún así no haces nada al respecto. Tu vida se convierte en una película. Y tú ya no estás en ella. Sólo estás observando. (28)
Esto ocurre porque como toda herramienta de poder, cuando se abusa de ella, genera los efectos contrarios, entonces bloquea y mantiene aislados los chakras que en un principio ayudó a abrir y conectar. En el caso de abuso de la cocaína, si la capacidad de visión del sexto chakra está funcionando, está desconectada de la capacidad de acción sobre la tierra del chakra raíz:
El efecto en el cuerpo energético es subliminalmente percibido por aquellos que la usan. La gente que tiene el impulso de reunir la cocaína en una línea, tiene el impulso correcto, pero la línea realmente no debe ser aspirada por la nariz. La LÏNEA que están percibiendo es una línea meridiana, como en los meridianos de la acupuntura. La cocaína y la heroína producen extraordinarios aunque aún desconocidos efectos sobre los meridianos cuando se aplican externamente ya que realinean la energía. (28)
Loa autores recomiendan a quienes han perdido las riendas de su propia vida reparar el daño y reconcectar los chakras a través de la meditación para poder recobrar su capacidad de acción y detener la adicción. Entre otras cosas aconsejan:
Puedes enlazarlos juntos a través de la meditación, vizualizando líneas de luz del color que espontánea e intiutivamente escojas dependiendo de las necesidades que experimentes en el momento... Usa la luz roja para estimular, la luz azul para deprimir y la luz blanca simplemente para estimular la conexión. (28)
Para abandonar una adicción Donna y Andrew dicen que no basta con suspender el uso de la sustancia, sino que hay que reparar el daño causado en los diferentes niveles para que la recuperación sea real y no haya recaídas. Por ello recomiendan que a la par de asisitir a terapias psicológicas ya sean personales o grupales y de someterse a un tratamiento de desintoxicación física bajo supervisión médica, en caso de que ésto sea necesario, también hay que practicar técnicas alternativas para revertir los daños causados por el abuso de la sustancias en el campo energético humano. Para ello nos ofrecen en su segundo libro una excelente serie de ejercicios de visualización, así como remedios de aromoterapia y gemoterapia específicos para cada reparar los daños provocados por cada una de las diferentes sustancias. Adicionalmente, se incluyen ciertos diagramas canalizados por Andrew para reprogramar las biocomputadoras que son nuestros cerebros. Según afirman: "Los hábitos, como las adicciones están impresos dentro de nuestros circuitos cerebrales de la misma manera en que los circuitos de una computadora son programados. Para interrumpir un hábito, necesitas borrar y reprogramar el circuito" (28), y para eso sirven los diferentes diagramas canalizados para cada tipo de droga. |
Diagrama para transformar el hábito de la cocaína y sustancias orgánicamente derivadas |
Según los autores, en ningún caso es más crucial que con la heroína y la cocaína reprogramar los patrones de onda cerebrales que han suprimido las frecuencias normales durante tanto tiempo como para afectarlas masivamente.
Estos
diagramas deben mirarse de arriba a abajo o dibujarse 25 veces consecutivas
en tres sesiones por día. Además se recomienda mirarlos
cuando se sientan deseos de caer en la tentación de usar nuevamente
la droga en cuestión. (Ver más al respecto en adicciones)
En algún momento de mi vida que me dediqué a explorar todas las drogas que llegaban a mis manos, llegó la cocaína. Llegó acompañando a un amigo específico de la adolescencia a quien hacía tiempo que no veía. Cuando nos reencontramos resulta que había adquirido el hábito y me invitó a compartir con él lo que tanto entusiasmo le causaba.
Las primeras veces que aspiré
cocaína o sentí ningún tipo de efecto y pensé que seguramente se debía
a la baja calidad y la adulteración del material que suele circular
en las calles de la Ciudad de México si no tienes algún buen contacto.
Sin embargo, en una ocasión tuve
la oportunidad de comprobar que por alguna causa para mí desconocida,
no se trataba de eso. Resulta que hice un nuevo intento con un grupo
de amigos que consiguieron una cocaína que ellos, bastante conocedores,
calificaron de "primerísima calidad". Todos excepto yo sintieron
efectos poderosos con este material, tanto que no creían que yo no estuviese
experimentando nada hasta que a alguno de ellos se le ocurrió inspeccionar
mis pupilas y vio que efectivamente las mías no estaban dilatadas como
las de todos ellos.
Más tarde me enteré, leyendo
un Manual de Identificación de Estupefacientes que usaban en
México los aspirantes a agentes de la Procuraduría General de la República
que: "Hay personas que prácticamente
no sienten nada, aun cuando consuman dosis relativamente fuertes; otras
que jamás experimentan síntomas de dependencia aun cuando ensayen con
frecuencia y algunas más que, por el contrario, presentan reacciones
severas ante un solo ensayo."
Hablando
con mi hermano Juan, me enteré de que a él le ocurrió lo mismo cuando
en alguna etapa de su vida también se le ocurrió probar la cocaína.
Él es la única persona que conozco que pertenezca también a esa primera
categoría de personas que no sienten prácticamente nada. Así es que
incluso hemos especulamos que quizá haya algún tipo de neuroreceptor
de la cocaína que por alguna causa genética nosotros tengamos bloqueado
o no tengamos, pero en fin, el caso es que mi experiencia personal con
la cocaína fue la no experiencia.
FUENTES DE CONSULTA ACERCA DE LA COCAÍNA Y EL CRACK
1. Arif, A. Consecuencias adversas para la salud del
uso indebido de la cocaína, OMS, Ginebra, 1988.
2. Astorga, Luis: El siglo de las drogas, Espasa-Calpe,
México, 1996.
3. Brailowsky, Simón: Las sustancias de los sueños: Neuropsicofarmacología.
FCE-CONACYT, México, 1995.
4. Brau, Jean Luis: Historia de las drogas, Bruguera, España,
1973.
5. Brenna, Barbara Ann, Manos
que curan, Ed. Martínez Roca, Barcelona, España, 1990.
6. Brennan, Barbara Ann, Hágase
la luz, Ed. Martínez Roca, Barcelona, España, 1994.
7. Cocaine Facts, Alcoholism and Drug Adiction Research Foundation, Toronto Canadá (Internet).
8. Conan Doyle, Sir Arthur: El signo de los cuatro, Orbis, España,
1983.
9. Coppel, Robert: Los narcóticos, Bruguera, España, 1973.
10.
Diccionario de Especialidades Farmacéuticas, Edición no. 40, PLM, México,
1994.
11. Dornbierer, Manú: La guerra de las drogas, Grijalbo, México,
1991.
12. Escohotado, Antonio: Guía de drogas, Ómnibus Mondadori, España, 1990,
13. Escohotado, Antonio: Historia General de las drogas, Tomo
II. Alianza editorial, España, 1995
14.
Fármacos de abuso: Información farmacológica
y manejo de intoxicaciones, Centro Mexicano de Estudios en Farmacodependencia,
México, s/f.
15. "Financiado por la CIA,
el tráfico de cocaína hacia Estados Unidos proveyó armas y financiamiento
a la 'Contra' nicaragüense", Proceso, No. 1038, 22-sep-96.
16. Freud, Sigmund: Escritos sobre la cocaína, Anagrama,
España, 1980.
17.
Goodman, Alfred et all : Goodman
y Gilman. Las bases farmacológicas de la terapéutica, 8va. edición, Panamericana,
Argentina, 1991.
18.
Identificación de Estupefacientes y psicotrópicos,
Manuales del Instituto de Capacitación de la PGR, México, 1990.
19. Incardi, James A. La guerra contra las drogas, Grupo Editor
Latinoamericano, Argentina, 1993.
20. Krupp, Marcus et all.: Diagnóstico clínico y tratamiento, 23a. edición, Manual Moderno,
México, 1988.
21.
Las Naciones Unidas y la Fiscalización del
uso indebido de drogas, ONU, Nueva York, 1990.
22. Musto, David F. "Pautas
en el abuso de drogas y la respuesta de los Estados Unidos", en
El combate a las drogas en América,
FCE, México, 1993
23. Nicholl, Charles: La ruta de la coca, Biblioteca grandes
viajeros, España, 1998.
24. Sabbag, Robert: Ciego de nieve, Anagrama, España, 1990.
25.
Shulguin, Alexander: "La legalización de ciertas drogas debería
de ir acompañada de educación", Muy
Interesante, Año XVI, No. 2, México, Febrero de 1999.
26. Schroeder, Richard: El mundo de las drogas, Edamex, 1990.
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