La
manera perdida
de orar de los esenios |
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En su primer libro y video Awakending to zero point (del cual todavía no hay traducción al español por desgracia), comienza precisamente formulando la relación que hay entre el magnetismo de la tierra y la velocidad en que se manifiestan nuestros pensamientos en esta ilusión que pensamos realidad. Dice que algunos de "nuestros científicos" (Gregg siempre habla de la tierra y de sus habitantes en todas sus épocas como un todo del cual nunca se excluye) están preocupados porque el magnetismo de la tierra está disminuyendo drástica y rápidamente, e incluso han especulado ya en secreto de un posible cambio de polos magnéticos del planeta o algún otro tipo de efecto secundario menos drástico pero de igual magnitud planetaria previsto justamente para el año en que termina el calendario maya, y las profecías hopis señalan como el principio de un nuevo comienzo: el 2012. Dice que entre mayor sea el magnetismo, mayor es el tiempo que pasa para que lo que pensamos y sentimos, se manifieste en nuestro mundo. Por consiguiente, entre menor sea el magnetismo, menor será el tiempo en que nos encontremos con la manifestación de nuestros deseos, o nos estrellemos con la manifestación de nuestros miedos (esto también lo dice Lazaris por cierto, aunque de otra manera). Luego explica Gregg que genéticamente nuestro ADN cambia con las frecuencias que producen nuestros sentimientos, y demuestra cómo es que las frecuencias energéticas más altas, que son las del amor, impactan el ambiente de una forma material produciendo cambios no sólo en nuestro ADN (específicamente en lo que nuestros científicos llamaron "ADN basura" porque no encontraban su utilidad), sino en el ambiente que nos rodea, de una forma material. Gregg une estos dos tipos de información para postular que entre más amor dejemos fluir por nuestros cuerpos, más adaptados estaremos para afrontar lo que sea que pueda pasar en el 2012 y para conducir a nuestro planeta, mediante nuestros pensamientos positivos en conjunto, hacia el mejor futuro posible. Para apoyar esta idea, asegura que en función de lo que ha observado y experimentado en los diversos centros de poder que estudió, ha encontrado evidencias de que prácticamente todas las culturas se habían estado preparando de alguna manera u otra, para lo que ya está ocurriendo en nuestros días. Cuenta por ejemplo que en una pirámide egipcia encontró una sala que simula justamente el tipo de magnetismo que se calcula que tendremos hacia el 2012, y ha visto que probablemente estábamos preparándonos y entrenándonos para experimentar lo que sea que pueda ocurrir próximamente. También habla de algunos templos que encontró no recuerdo donde, en los que los iniciados practicaban el domino de cada sentimiento, esto es de cada frecuencia vibratoria posible, y se preparaban también de alguna forma para estas fechas. Luego Gregg habla de la "ciencia de la compasión" que en diversas épocas nos han venido a enseñar nuestros maestros, como Krishna, Mahoma, el Buda, y Jesucristo. Especialmente habla de éste último como el modelo más cercano que tenemos como occidentales para aprender a permitir que el amor fluya por nuestros cuerpos y nos ayudemos unos a otros a elevarnos, tal como los miembros de una parvada cuando vuelan juntos. En la última parte del video Gregg repite de diversas formas que nuestro tiempo de practicar ya se ha terminado y ahora estamos, por así decirlo, en exámenes finales; e insiste en que cada relación que se presente en nuestras vidas en estos momentos, debemos verla como un templo sagrado, pues es una oportunidad para poner en práctica todo lo que hemos aprendido sobre el amor y la ciencia de la compasión. Dice que en una primera fase estas relaciones van a funcionar como espejos para ver externamente todo lo que no hemos visto en nosotros mismos y hemos de resolver; y en una segunda fase nos irán mostrando, no ya lo que hay en nosotros como individuos, sino todo aquello que rechazamos en otros para que tengamos la oportunidad de aceptarlo e integrarlo. Entonces comparte dos anécdotas de su vida personal y la manera en que las resolvió e integró, ¡y termina el video cantando él mismo una canción hopi bellísima!
El descubrimiento del Gran Código Isaiah en
las cuevas del Mar Muerto en 1946 ha revelado claves sobre nuestro papel
en la creación que estuvieron perdidas en las ediciones del siglo 4 a.C. Entre estas claves se encuentran las instrucciones
de un modelo “perdido” de orar que la ciencia cuántica moderna sugiere
que tiene el poder de sanar nuestros cuerpos, traer paz duradera a nuestro
mundo y, quizá, prevenir las grandes tragedias que podría enfrentar la
humanidad. Cada vez que empleamos esta tecnología interna para orar, experimentamos
“El Efecto Isaiah”.
En las palabras de su tiempo, las tradiciones
antiguas, como las de los Escenios, nos recuerdan que cada oración ya
ha sido contestada. Cualquier resultado que podamos imaginar, y cada
posibilidad que seamos capaces de concebir, es un aspecto de la creación
que ya ha sido creado y existe en el presente como un estado “dormido”
de posibilidad. Son estas mismas probabilidades de resultados las
que proveen las bases del nuevo modelo de Cadena y de la Teoría-N, y
muy posiblemente, son responsables de las varias dimensiones de lo que
ahora creemos nuestra creación. Desde esta perspectiva, nuestro uso
y aplicación de la oración basada en los sentimientos deja de ser menos
acerca de “crear” este o el otro resultado y se convierte más en “acceder”
al resultado deseado que ya
está creado. Mientras las antiguas y las modernas tradiciones parecen
estar de acuerdo en la existencia de muchas posibilidades, los cuestionamientos
han sido siempre sobre ¿cómo despertamos
un resultado específico y lo hacemos real en nuestras vidas actuales?
¿Cómo podemos llamar a la posibilidad
de paz en nuestro mundo, por ejemplo, o salud en nuestros cuerpos, posibilidades
que ya existen, cuando los eventos de nuestro mundo parecen mostrarnos
condiciones de violencia y desastre? La respuesta a esta pregunta, y
la clave del Efecto Isaiah, está fundada en develar el misterio de la
oración basada en el sentimiento. Los antiguos Escenios nos recuerdan que hay
una poderosa relación entre lo que pasa en nuestro mundo interior de
sentimientos y las condiciones del mundo que nos rodea. Quizá increíblemente
sencilla, esta relación establece que la condición de nuestra salud,
nuestras sociedades, e incluso los patrones del clima, son espejos de
la manera en que lidiamos con la vida interiormente. Experimentos recientes
en la ciencia de las energías sutiles y la física cuántica ahora arrojan
credibilidad precisamente a esas tradiciones. A través de un lenguaje que apenas estamos comenzando
a entender, Isaiah nos muestra cómo acceder a las posibilidades ya creadas
de salud, paz y cooperación y traerlas a la realidad de nuestras vidas.
Ya que nuestro mundo exterior de acción refleja nuestro mundo interior
de sentimientos, sugiere Isaiah, lo hacemos sintiendo como si nuestras
plegarias ya hubiesen sido respondidas. Es precisamente el poder de
este sentimiento el que trae a la vida a nuestras oraciones. Nuevas
investigaciones sugieren que cuando sentimos gratitud respecto al cumplimiento
de nuestras oraciones, nuestros sentimiento producen las mismas condiciones,
los campos de efecto, que atraen nuevas posibilidades en las condiciones
de nuestras vidas. Comprender que los resultados empatan con los
sentimientos puede ayudarnos a entender lo que ocurre cuando parece
que nuestras oraciones no son respondidas. Cuando oramos por salud en
nuestras relaciones, por ejemplo, mientras experimentamos enojo, celos
o furia en nuestras relaciones, ¿por qué nos sorprende ver esas mismas
cualidades reflejadas como enfermedad en nuestros cuerpos, nuestras
familias, escuelas, lugares de trabajo y en las condiciones sociales
alrededor de nosotros? La ciencia ha demostrado que cada sentimiento
que experimentamos, crea una química única en nuestros cuerpos (la química
del amor y del odio se discute en los libros The Isaiah Effect
y Walking Between the Worlds). Las buenas noticias son que los
mismos principios resultan ciertos para los sentimientos de afirmación
de la vida. Conforme respondemos a los retos de la vida a través de
compasión, entendimiento, amorosa tolerancia y paz, podemos esperar
experimentar estas condiciones en nuestros cuerpos, y ver el efecto
extendido al mundo que nos rodea. Albert Einstein dijo una vez que no podemos
resolver un problema con el mismo pensamiento que creó el problema.
El poder de la indenominada oración basada en el sentimiento, representa
una oportunidad para dirigir los grandes retos de nuestro tiempo conforme
a un nuevo paradigma de entendimiento consciente y sentimientos que
reflejen aquello que deseemos experimentar. En lugar de imponer nuestras creencias respecto
a una situación específica, nuestro perdido modo de orar nos recuerda
que nada necesita ser “creado”, ya que cualquier resultado que podamos
imaginar para dicha situación ya está presente. Podremos servir mejor
sintiendo primero el resultado de cada condición que elijamos experimentar
en nuestro mundo, tal como la paz y la cooperación entre gobiernos y
naciones, o la prosperidad que sólo puede venir con la igualdad de trato
para toda la gente y para todas las razas y el honrar a toda forma de
vida. Es la apreciación y gratitud que sentimos en presencia de tales
condiciones lo que crea los efectos cuánticos permitiendo que la creación
empate con nuestros sentimientos. Comparando los Modos de Orar
a través del ejemplo de la Paz Global (OL) =
Oración basada en la lógica: solicitando intervención (OS) = Oración
basada en los sentimientos: sabiendo que nuestra oración ya ha sido
contestada 1. (OL) Nos
enfocamos en nuestras condiciones presentes donde no creemos que la
paz exista. 1. (OS) Presenciamos
todos los eventos, aquellos de paz y aquellos que vemos como ausencia
de paz, como posibilidades sin juicios de correcto e incorrecto, malo
o bueno. 2. (OL) Podemos
sentirnos desamparados, impotentes o enojados ante los eventos y condiciones
que presenciamos. 2. (OS) Liberamos
nuestro juicio sobre las situaciones Bendiciendo las condiciones que
nos han causado sufrimiento. La Bendición no condena ni consciente el
evento o condición. En cambio, reconoce que el evento es parte de la
única fuente de todo lo que es (Por favor vea el libro Walking Between
the Worlds: The Science of Compassion, para más detalles). 3. (OL) Empleamos
nuestras plegarias de petición invitando a la divina intervención de
un poder superior para que traiga paz sobre los individuos, condiciones
y lugares donde creemos que la paz está ausente. 3. (OS) Experimentando
los sentimientos de que nuestra oración ya ha sido contestada, demostramos
el antiguo principio cuántico que establece que las cndiciones de paz
en nuestros cuerpos se ven reflejadas fuera de nuestros cuerpos. 4. (OL) A
través de nuestra petición, inadvertidamente afirmamos las mismas condiciones
que menos deseamos. Cuando decimos "Por favor que haya paz",
por ejemplo, estamos declarando que la paz no está presente en la situación
actual. Haciendo eso, en verdad estamos dándole combustible a la condición
que escogimos cambiar. 4. (OS) Reconocemos
el poder de nuestra oración y sabemos (sentimos) que el foco de nuestra
oración ya se ha convertido en pasado. 5. (OL) Continuamos
solicitando la intervención hasta que vemos que el cambio ha sucedido
en nuestro mundo o desistimos y abandonamos el camino de la oración.
5. (OS) Nuestra
oración ahora consiste de: a) reconocimiento de que la paz ya está presente
en nuestro mundo viviendo conforme al conocimiento de que tales cambios
han ocurrido; b) reforzando nuestra oración dando gracias por la oportunidad
de escoger la paz en vez del sufrimiento.
La ciencia cuántica ahora toma esta idea y la
lleva un paso adelante, estableciendo que son precisamente esas condiciones
de sentimientos a las que la creación responde, igualando el sentimiento
con que hacemos la oración en nuestro mundo interior, con condiciones
similares en el mundo exterior. Aunque el resultado de nuestra oración
pueda aún no haber aparecido en el mundo exterior, estamos siendo invitados
a reconocer nuestra comunión con la creación y a vivir como si nuestra
oración ya hubiese sido escuchada. A través de las palabras de otros tiempos, los
antiguos nos invitan a recobrar el modo antiguo de orar como un estado
permanente de conciencia en el que nos convertimos, en vez de una forma
prescrita de acción que llevamos a cabo ocasionalmente. En palabras
que son tan simples como elegantes, se nos recuerda que nos “rodeemos”
de la respuesta a nuestras plegarias y los “envolvamos” en las condiciones
que escojamos experimentar. En el moderno idioma, esta descripción nos
sugiere que para efectuar cambios en nuestro mundo, primero necesitamos
experimentar los sentimientos de que el cambio ya ha ocurrido. Conforme la ciencia moderna continúa validando
la relación entre nuestros pensamientos, sentimientos y sueños con el
mundo que nos rodea, se hace más claro ese puente olvidado entre nuestras
plegarias y aquello que experimentamos. La belleza de esa tecnología
interna se halla en que está basada en condiciones humanas que ya poseemos.
Desde los profetas que nos vieron en sus sueños, se nos recuerda que
honrando la vida, cumplimos nuestro deber con la supervivencia de nuestras
especies y el futuro del único hogar que conocemos.
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